El gigante químico BASF anunció este sábado el fallecimiento de una de las personas heridas en el accidente ocurrido a mediados de octubre en su sitio de Ludwigshafen, en Alemania, llevando a cuatro el número de muertos.
"Esta mañana, un miembro del equipo de bomberos de BASF, que había resultado gravemente herido durante la explosión del 17 de octubre (...) sucumbió a causa de sus lesiones", indicó la empresa en un comunicado que incluye el pésame del presidente de la misma a los familiares de la víctima.
Además de los cuatro muertos, la explosión seguida de incendio dejó otros cinco heridos graves y 17 leves. Las causas de este accidente todavía no fueron aclaradas. Esta fábrica química de BASF, la más antigua del grupo, emplea a 36.000 personas.
El puerto de Landeshafen Nord, donde se produjo la explosión de Ludwigshafen, es esencial para el transporte de materias primas utilizadas por BASF. Está en funcionamiento desde 1978 y cada año pasan por ahí cerca de 2,6 millones de toneladas de gas, líquidos inflamables y gas licuado.
BASF no había registrado accidentes graves desde hace décadas. Los dramas más graves se remontan a 1921, cuando 585 personas murieron en una explosión ocurrida en una planta de amoniaco, y a 1948 cuando otro accidente dejó 207 muertos y 3.800 heridos.
La empresa tiene 110.000 empleados en todo el mundo, con ventas por casi 70.000 millones de euros (77.000 millones de dólares) el año pasado.
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