HRW alerta de la situación de Faluya y pide el envío de ayuda urgente a su población

EUROPA PRESS

HRW ha reclamado al Ejecutivo que permita la entrada de ayuda urgente en la ciudad y a Estado Islámico que facilite la evacuación de la población. Como ha recordado el subdirector de la organización para Oriente Próximo, Joe Stork, "la gente de Faluya está asediada por el Gobierno, atrapada por Estado Islámico y está muriendo de hambre".

La ONG no tiene acceso a la zona, de la que apenas sale información por la prohibición del uso de teléfonos móviles e Internet. Sin embargo, ha podido contactar con un residente de Faluya y con otras siete personas que también han hablado con personas de dentro, para dibujar un escenario dantesco donde miles de personas viven al límite.

En Faluya aún seguirían decenas de miles de personas --antes del conflicto vivían unas 300.000-- y no reciben ningún tipo de ayuda. Desde que las fuerzas del Gobierno recuperaron el control de Ramadi en diciembre de 2015 y la zona de Al Jazira en marzo de este año, las rutas de suministro han quedado cortadas.

Los activistas han explicado que las familias de Faluya tienen que recoger harina del suelo para poder elaborar pan o hervir hierba para darle algo de sustancia a la sopa. Los pocos productos que quedan se pagan a precios desorbitados: el saco de 50 kilos de harina cuesta 750 dólares y una bolsa de azúcar 500, cuando en Bagdad los precios son de 15 y 40 dólares, respectivamente.

Una fuente médica del interior de la ciudad alertó en marzo a HRW de que, cada día, niños hambrientos llegan enfermos a un hospital local. Una autoridad iraquí ha entregado a la ONG una lista de 140 personas --en su mayoría ancianos y niños de corta edad-- que habrían muerto en los últimos meses por falta de comida o medicinas.

PREOCUPACIÓN

La situación se ha recrudecido y se han iniciado varias campañas para llamar la atención sobre Faluya. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) alertó el 24 de marzo de las necesidades alimentarias en esta localidad iraquí, mientras que en Internet han surgido varias iniciativas que muestran crudas imágenes del interior de la ciudad.

"Estado Islámico ha mostrado una absoluta falta de respeto por la protección de civiles en conflicto" y "no debería añadir las muertes masivas por inanición a su miserable historial", ha advertido Stork, que ha reclamado medidas "inmediatas".

El grupo yihadista no sólo permite que la población caiga a los niveles más bajos de miseria, sino que incluso castiga a quienes intentan escapar. Un abogado con fuentes dentro de Faluya ha contado a HRW que el 22 de marzo los milicianos ejecutaron a un hombre que se aproximó a un puesto de control y "dijo que quería irse porque no aguantaba más esa situación".

Otras tres fuentes han confirmado que una familia fue ejecutada a finales de febrero también cuento intentaba huir, lo que desató una revuelta que concluyó con más de cien detenidos. El 30 de marzo, fuerzas rebeldes informaron de la muerte de otros 35 civiles también cuando intentaban abandonar la zona.

HRW ha advertido de que, si bien las leyes de la guerra no prohíben el asedio de fuerzas beligerantes, sí que prohíben utilizar la inanición de la población como elemento de presión. Asimismo, ha instado a las partes en conflicto a no atacar ninguna infraestructura u objetivo que sea indispensable para la superviviencia de los civiles.

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