Las operaciones se han desarrollado en las provincias de Laghman, Uruzgán, Helmand, Nangarhar, Paktia, Kunduz, Ghazni y Sar-e-Pul y en las mismas otros 22 insurgentes han resultado heridos. Además, las fuerzas de seguridad se han incautado de armas y han destruido dos vehículos.
No se ha dado información alguna sobre víctimas mortales en el Ejército ni entre la población civil.
En los últimos meses el Estado Islámico ha incrementado su presencia en Afganistán y se suma así a otros grupos insurgentes como los talibán a pesar de las intensas operaciones de represalia llevadas a cabo por el Ejército afgano y por Estados Unidos.
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