DISEÑAN NUEVOS NANODISPOSITIVOS DE LIBERACIÓN CONTROLADA DE FÁRMACOS PARA TERAPIAS CONTRA EL CÁNCER DE MAMA

Investigadores de la Universitat Politècnica de València, el Instituto de Investigaciones Biomédicas ‘Alberto Sols’ (CSIC-UAM), la Universitat de València y el CIBER de Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (Ciber-BBN), dependiente del Instituto de Salud Carlos III, han desarrollado, a escala de laboratorio, nuevos nanodispositivos que permiten la liberación controlada de fármacos para terapias contra el cáncer de mama.
Según apuntan los investigadores, hasta el momento los trabajos se han centrado en ensayos celulares, con unos resultados “positivos, que podrían abrir nuevas vías para mejorar la eficacia de algunos fármacos aplicados en el tratamiento del cáncer de mama”.
La principal novedad de los nanodispositivos diseñados es que la molécula que recubre el nanodispositivo no sólo controla cuándo se libera el fármaco que transporta, sino que también controla dónde se libera, al dirigirlos a células que expresan TLR3, una proteína del sistema inmunitario innato que se encuentra sobreexpresada en algunas líneas celulares de cáncer de mama.
A través de esta proteína lanza también una señal de muerte que acaba con la célula tumoral, indica el trabajo, publicado en ’Chemistry-A European Journal’.
“Además, la propia puerta molecular posee un efecto citotóxico en células de cáncer de mama. De este modo, la molécula que utilizamos como puerta es capaz de generar tres acciones clave”, explica Amelia Último, investigadora del Instituto Interuniversitario de Investigación de Reconocimiento Molecular y Desarrollo Tecnológico (IDM) en la Universitat Politècnica de València.
Así, detalla, ayuda a dirigir el fármaco hacia el receptor TLR3, inhibe la liberación del mismo hasta que no llega al punto deseado y, a través de la interacción con el receptor, activa un proceso de muerte celular”,
El cáncer de mama es el tumor más letal entre las mujeres en todo el mundo: representa el 25% de todos los casos de cáncer y el 15% de todas las muertes por esta patología. Su incidencia es especialmente alta en los países desarrollados, y afecta fundamentalmente a mujeres mayores de 65 años. Es por ello que la investigación destinada a la identificación de nuevas terapias o mejora de las ya existentes es un campo de intensa actividad.

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