"El espectáculo es desolador. Cuando he llegado con las luces del alba he visto un pueblo destruido, gritos, muertos. No sabemos cuántos son. Estamos verdaderamente en una situación desesperada y no somos el único pueblo", ha lamentado el obispo en declaraciones a Radio Vaticana recogidas por Europa Press, desde Pescara del Tronto, una de las zonas devastadas por el seísmo.
Monseñor D'Ercole se ha trasladado hasta este lugar al conocer la noticia del terremoto, aunque reconoce que a otras zonas es imposible acceder porque el seísmo ha dejado muchos caminos cortados. "En estos momentos han llegado ambulancias, bomberos, pero aún son pocos", afirma.
Además, relata cómo están siendo las labores de rescate. "Hay personas que no responden y yo he tenido que ir a bendecir bajo los escombros los cuerpos de dos niños", explica.
El obispo ha señalado que la zona más afectada por el terremoto es la limítrofe con la región de Rieti, que se encuentra entre Amatrice, Accumoli, Pescara del Tronto y Arquata, aunque apunta que el resto de la diócesis también está sufriendo.
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