Osos hormigueros pigmeos, dos huéspedes de lujo en un zoológico de Lima

A Paulina le cuesta abrir los ojos de día. Importunada por extraños, levanta sus minúsculas garras, advirtiendo un ataque. Pero con sus 20 cm y su pelaje esponjoso, más que temor provoca ternura. Es una osa hormiguera pigmea, la única en cautiverio en el mundo.

Junto con Freddy, el macho, conforman además la pareja más longeva de su especie fuera de su hábitat. Hace una década fueron rescatados de manos de traficantes de animales y llevados en custodia al zoológico de Huachipa, al este de Lima. Tenían un año de edad. Dada su fragilidad, no están expuestos al público y permanecen guarecidos en un ambiente especial.

En su medio silvestre, habitan las copas de los árboles selváticos y cuelgan de ellos como si fueran adornos de Navidad. No tocan nunca el suelo. Por ello también se les conoce como "los serafines de platanar". Allí, en lo alto, se alimentan de una especie específica de hormigas. La deforestación en la Amazonía los está dejando sin casa.

"Registran el mayor récord en cautiverio. En Estados Unidos hubo un zoológico con un registro de año y medio. Ellos llegaron por decomiso. No hay mucha información sobre ellos porque son poco visibles. Les afecta el problema de la deforestación de la selva, y hace que estos animales se pierdan", explica Gina Ccarhuas, la bióloga responsable de su cuidado, a la AFP.

Paulina y Freddy despiertan usualmente a las 6 de la tarde y están activos hasta las 4 de la madrugada, instintivamente, en busca de hormigas. Su pelaje es suave y de un marrón y amarillo brillantes. Tienen un hocico pequeñito y rosado, a diferencia del alargado que tienen sus "primos" grandes. Su cola también puede alcanzar los 20 cm, largo similar al de su cuerpo, y pueden pesar unos 500 gramos.

Se trata de dimensiones lejanas a las de un oso hormiguero mediano o Tamandúa que mide hasta casi 1 metro, o a las del gigante o Yurumí, que con su extensa cola de flecos rizados puede llegar casi a los 2 metros de largo y pesar más de 30 kg.

El zoológico de Huachipa es el único que cuenta con las tres especies. Ninguna de estas tiene dientes, y usa sus uñas y su lengua para cazar las hormigas.

La especie pigmea, Cyclopes didactylus, habita regiones selváticas de América del Sur y América Central. Dadas las condiciones en las que viven, no hay registros de la cantidad de población que existe en la Amazonía. Son animales solitarios y sólo son amistosos en época de celo, explica la especialista.

"Su estado es vulnerable, precisamente por el peligro de la deforestación (...) se está iniciando un programa de conservación y un curso en el zoológico para el manejo de esta especie", detalla Ccarhuas.

Un informe de 2014 incluido en la lista roja de especies amenazadas y elaborado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) detectó que en Brasil la rápida deforestación del bosque Atlántico estaba afectando negativamente a la población de osos hormigueros pigmeos del noreste de ese país.

"Las especies no pueden sobrevivir en las plantaciones de cañas de azúcar que están reemplazando la vegetación nativa", detalla el reporte. "En algunas áreas las capturan como mascotas. Sin embargo, no sobrevive mucho tiempo en cautiverio", agrega.

Por ello, alimentarlos es un desafío para los cuidadores. Las hormigas de su menú deben ser reemplazadas por una leche especial con proteínas y probióticos que es llevada hasta su "habitación": un recinto que simula la parte superior de un árbol, y una canastilla de mimbre, donde reposan. Tratamiento VIP para dos huéspedes de lujo.

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