MÁS DE 150 PERSONAS HAN MUERTO POR UNA EPIDEMIA DE FIEBRE AMARILLA EN ANGOLA

Médicos del Mundo denunció este viernes que más de 150 personas han muerto como consecuencia de una epidemia de fiebre amarilla en Angola, por lo que ha desplazado a un equipo epidemiológico para apoyar la vacunación, clave para combatir la enfermedad.
Esta ONG declaró que Angola está enfrentándose a la primera epidemia de fiebre amarilla en 30 años y que la provincia de Luanda, donde está la capital del país, es la más afectada, aunque el virus ya se ha extendido a 12 provincias más.
La fiebre amarilla es una enfermedad vírica y hemorrágica, transmitida a través de la picadura del mismo mosquito que transmite el virus zika, el Aedes Aegypty. La organización explicó que cerca de un 25% de las personas infectadas se agravan si no son diagnosticadas a tiempo, entrando en una fase tóxica en la que la probabilidad de muerte es muy elevada incluso con soporte médico especializado y, de hecho, la mortalidad puede alcanzar el 50%.
Ya han fallecido 158 personas desde el inicio de este brote y hay 986 casos sospechosos detectados, aunque se estima que el número es realmente más elevado, puesto que un alto número de fallecimientos están siendo registrados como resultantes de otras causas, especialmente malaria, por la similitud de los síntomas iniciales de ambas enfermedades.
Para hacer frente a ello, Médicos del Mundo apoya al Ministerio de Salud angoleño reforzando la vigilancia epidemiológica, prevención detección y tratamiento de casos y dedicándose a la formación y equipamiento del personal de vacunación local y de los centros de atención y tratamiento ya que la vacunación tiene una vacunación del 95% y todavía hay 4 millones de personas sin vacunar en Luanda y 8 millones en las provincias donde la epidemia se ha extendido.
La intervención de Médicos del Mundo se prolongará durante los meses de marzo y abril, que coinciden con la temporada de lluvias, cuando hay mayor número de mosquitos y más riesgo de que se extienda esta epidemia y esperan alcanzar las 36.000 personas beneficiarias directas y 100.000 indirectas.

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