"El carácter innovador de los medicamentos biológicos, así como la aparición constante de nuevos tratamientos requiere una evaluación continua de la eficacia y seguridad, criterios fundamentales para su prescripción, dispensación y empleo", ha comentado el rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), César Nombela.
En esencia, las garantías se refieren al acceso a estos medicamentos en condiciones de igualdad territorial y adecuando la prescripción a cada caso. Esto implica que, tal y como ha señalado, no se impondrá un tratamiento al margen del criterio clínico, no se cambiará el tratamiento si está funcionando bien y siempre se informará al paciente.
Las garantías para los médicos implican, entre otras cuestiones, que se respete su decisión clínica y que ésta no se vea afectada por circulares administrativas centradas en la reducción de costes poco sensibles a los resultados de los tratamientos.
Asimismo, en el documento también se pide a las administraciones sanitarias que les proporcionen la formación necesaria sobre uso de biológicos originales y biosimilares. Por último, recuerdan una serie de garantías comunes para pacientes y médicos, entre las que destacan el ejercer reclamaciones conjuntas en caso de irregularidades o problemas; la exigencia de una trazabilidad y farmacovigilancia estricta y que, para reducir precios y conseguir ahorros, se fomente la competencia entre biológicos originales y biosimilares.
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