Rabia e impotencia por lentitud de los rescates tras sismo en Ecuador

La rabia y la impotencia crecían este martes entre los sobrevivientes del potente sismo en Ecuador, con lamentos por la lentitud en la llegada de los socorristas a las zonas destruidas por la catástrofe, que deja ya 480 muertos, 2.560 heridos y unos 1.700 desaparecidos.

"El rescate ha sido muy lento y se han perdido vidas valiosas. Nosotros los familiares hemos estado aquí desde el sábado por la noche", exclamó Pedro Merro, cerca del mercado municipal de Manta, en la golpeada provincia de Manabí.

Su prima desapareció al colapsar la estructura del tres pisos junto al mar en esta ciudad, una de la más afectadas por el terremoto de magnitud 7,8 grados que en un minuto devastó el sábado la costa del país andino.

Bajo un sol abrasador, el olor de los cuerpos en descomposición se vuelve más fuerte a medida que pasan los días en esta localidad de 253.000 habitantes. Un centenar de cuerpos fueron retirados de los escombros. Pero el número de desaparecidos se desconoce.

Luis Felipe Navarro, propietario de un edificio en ruinas cerca del mercado, está convencido de que hay personas vivas entre el amasijo de hormigón y acero. "He recibido mensajes a mi teléfono. Me dicen que hay diez en una especie de cavidad. Pero los equipos de rescate no me escuchan".

Según el último balance, al menos 480 personas murieron, otras 2.560 están heridas y unas 1.700 siguen desaparecidas tras el violento terremoto, el peor desde 1979.

"Tenemos 2.000 registros de personas que están siendo buscadas, pero ya hemos encontrado a 300. Esto no es todavía oficial, hasta la tarde podremos dar una cifra oficial de personas estrictamente desaparecidas", aseguró el viceministro del Interior, Diego Fuentes a periodistas en Quito.

El sismo dejó además 805 edificios reducidos a escombros, carreteras reventadas e infraestructuras colapsadas en zonas de alta concurrencia de turistas. Bajo los escombros quedan todavía muchas personas atrapadas.

Además, 2.959 personas han sido trasladadas a albergues.

"Reconstruimos una vez Manabí y lo volveremos a hacer. Grande es la tragedia pero más grande el valor del pueblo ecuatoriano", dijo el presidente Rafael Correa, que recorrió este martes centros de acopio de donaciones en Manta y en las poblaciones de Chone, San Vicente y Bahía de Caráquez.

En varias ciudades de la costa, aún salen personas con vida gracias al trabajo sin descanso de bomberos, policías, militares y perros amaestrados que han llegado desde otras ciudades de Ecuador y países como Venezuela, Colombia, México, Chile y España.

"Son 654 rescatistas hasta el día de ayer (lunes), pienso que van a llegar más", aseguró este martes el canciller Guillaume Long, en una entrevista con el canal GamaTV.

Long agregó que el ministerio de Relaciones Exteriores lleva un registro de los extranjeros fallecidos en el terremoto, cuyo epicentro fue el balneario de Pedernales, un popular destino turístico a unos 180 km al norte de Manta.

"Extranjeros fallecidos hasta ahora confirmados son nueve personas, pero evidentemente con la posibilidad de que ese número suba en las próximas horas", señaló Long, quien dijo que entre los muertos hay británicos, dominicanos, colombianos, canadienses y cubanos.

En Portoviejo, capital de Manabí y de lejos la más afectada por el terremoto, el centro quedó completamente desalojado, las fuerzas de seguridad patrullaban la zona para prevenir saqueos.

Desde el sábado en la tarde ha habido centenas de réplicas de diferente magnitud que se espera que continúen en los próximos días en este país declarado "en estado de excepción".

Correa ha advertido que la reconstrucción será larga y costosa.

"Las pérdidas son multimillonarias. Yo calculo a grosso modo 2.000, 3.000 millones de dólares, dos puntos o tres puntos del Producto Interno Bruto (PIB)", declaró Correa al canal ECTV.

El gobierno ecuatoriano activó fondos de 450 millones dólares para la reconstrucción y contará con líneas de financiamiento del Banco Mundial, el Banco Interamericano (BID) y otras instituciones, así como ayuda material y humana de varios países vecinos y de España.

"Hay buques zarpando desde Colombia, desde Tumaco, eso se va a demorar unos tres o cuatro días para llegar, pero que llegan con agua con víveres, con todo lo que se necesita para sobrevivir ya en una segunda etapa sin infraestructura o infraestructura precaria", comentó Long.

Correa pidió al país sacar lecciones de lo ocurrido, tras visitar zonas afectadas, e instó a los ecuatorianos a ser "más estrictos en las normas de construcción".

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