"Estamos preocupados por el incremento de las tensiones en la zona del conflicto de Nagorno-Karabaj, llamamos a las partes a respetar los acuerdos alcanzados sobre el cese inmediato de los enfrentamientos armados", señaló Lavrov.
El jefe de la diplomacia rusa ha hecho un llamamiento a "evitar la violación" del acuerdo de alto el fuego y ha manifestado el interés de Rusia para que "se observen avances positivos en el cumplimiento de los acuerdos sobre la solución de este complejo conflicto".
Los enfrentamientos a gran escala que se registraron en Nagorno-Karabaj el 2 de abril suponen la mayor espiral de violencia desde que el conflicto entró en fase latente hace más de dos décadas. El Gobierno de Armenia responsabilizó de la ofensiva a Azerbaiyán que, a su vez, denunció bombardeos desde el lado armenio.
El 5 de abril se impuso en la zona un alto el fuego, aunque ambos países han denunciado violaciones del cese de las hostilidades. Ereván y Bakú viven enemistados desde el inicio del conflicto de Nagorno-Karabaj, en 1988, cuando este enclave, poblado en su mayoría por armenios, decidió independizarse de Azerbaiyán.
Bakú perdió el control sobre Nagorno-Karabaj y siete distritos adyacentes tras una escalada de hostilidades en el período que va de 1992 a 1994.
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