En este sentido, el rector de la US, Miguel Ángel Castro, ha precisado en una entrevista concedida a Europa Press que su visión personal es la de que, más allá de cambiar la normativa, respecto a lo cual "se hará lo que se considere y lo que el consenso dicte", con el articulado vigente, siempre que se dé una interpretación "eficaz y sensata", se puede evitar, "sin siquiera cambiar la redacción", consecuencias "indeseables" que se han valorado por todos como no positivas.
"Si uno la interpreta de la manera más adecuada, no se tiene por qué producir una paralización efectiva, pero hay que tener rigor y coraje", ha manifestado Castro, para quien lo importante, "más que la redacción, es el uso que se hace de la herramienta y su interpretación".
Ya el anterior rector, Antonio Ramírez de Arellano, confirmaba que la Comisión de Proyectos Normativas estudiaría la reforma del articulado del Título I del Reglamento General de Estudiantes que hace referencia al derecho al paro académico del alumnado, después de que la propia institución académica alertara sobre la merma que en la imagen y prestigio social de la entidad podrían tener acciones como la protagonizada por sus alumnos la primavera de 2012, en señal de protesta por las medidas y recortes del Gobierno central.
El principal problema se centraba en que el propio paro que se produjo entre finales de mayo e inicios de junio de 2012, que duró dos semanas, llegó a ser más relevante que las razones que llevaron a su convocatoria.
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