"Es una patología controlable en la mayor parte de casos y es el objetivo de todos los tratamientos", ha argumentado el experto, para destacar también la importancia de evitar alfombras y otras superficies que acumulen grandes cantidades de polvo, colocar filtros en las salidas de calefacción, cambiar los de los aires acondicionados para atrapar sustancias que puedan ser nocivas y eliminar el humo del tabaco.
En concreto, el asma se caracteriza por el desarrollo de crisis o ataques respiratorios con síntomas como tos, pitidos al respirar y sensación de ahogo. Las dificultades para respirar son provocadas por la inflamación de las vías respiratorias, que se hinchan y se estrechan dando lugar a esa opresión en el pecho.
"Es consecuencia de las alergias puede ser tratado y curado, dependiendo de su grado de gravedad y de los alérgenos que lo produzcan. La suma de diferentes tratamientos y procesos médicos conducirá a la mejora de la calidad de vida de los pacientes", ha explicado.
DIFERENTES TRATAMIENTOS PARA EL ASMA
Ahora bien, prosigue, a pesar de la cotidianeidad que ha adquirido la presencia de los inhaladores cerca de las personas con asma, estos "no son los únicos medicamentos" que sirven para controlar los problemas respiratorios, puesto que existen fármacos que, bajo prescripción médica y tomadas de forma continua, reducen los ataques derivados de sustancias alérgicas.
Ahora bien, el doctor ha informado de que cuando se producen ataques que dificultan la respiración, es necesario recurrir a medicamentos de alivio rápido. Se incluyen en este grupo los broncodilatadores de acción corta, es decir, los inhaladores, y los corticoides.
Dicho esto, Egea ha comentado que el uso de las llamadas vacunas tiene su posición en el asma infantil, claramente alérgico, y que no cede con tratamiento convencional. "El uso en adultos está indicado en casos seleccionados. Es en este último caso donde los servicios de alergia inician y controlan los tratamientos", ha recalcado.
Finalmente, el experto ha destacado la importancia de que el paciente reciba terapia psicológica, junto con el neumólogo y el alergólogo. Y es que, según recientes estudios de la SEPAR, existe una relación entre el asma y cuadros de ansiedad y depresión. "Sucesivos ataques respiratorios dejan huella en las actividades diarias de los pacientes de asma, sobre todo en los adultos. Y un continuo estado de ansiedad supondrá un empeoramiento general de las condiciones de salud", ha zanjado.
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