Abierto proceso de beatificación de la española Dora del Hoyo, del Opus Dei

  • El prelado del Opus Dei, Javier Echevarría, ha abierto en Roma el proceso de beatificación de la española Dora del Hoyo Alonso, empleada doméstica y miembro de la institución fundada por san Josemaría Escriva de Balaguer, al que conoció y siguió hasta la capital italiana.

Ciudad del Vaticano, 19 jun.- El prelado del Opus Dei, Javier Echevarría, ha abierto en Roma el proceso de beatificación de la española Dora del Hoyo Alonso, empleada doméstica y miembro de la institución fundada por san Josemaría Escriva de Balaguer, al que conoció y siguió hasta la capital italiana.

La apertura del proceso sobre la vida y virtudes de Dora del Hoyo, nacida en Boca de Huérgano (León, noroeste de España) el 11 de enero de 1914 y fallecida el 10 de enero de 2004 en Roma, se celebró en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, que gestiona en Roma en Opus Dei, informó hoy a Efe un portavoz de esa institución.

El proceso se ha abierto cumpliendo los requisitos que exigen las leyes canónicas, entre otros, el que hayan transcurrido al menos cinco años de la muerte de la persona a la que se desea elevar a la gloria de los altares y tras verificar "la solidez de las pruebas que habían ido surgiendo acerca de la ejemplaridad cristiana de Dora", precisó el portavoz del Opus Dei.

Y es que Dora del Hoyo, según el Opus Dei, murió con "fama de santidad", necesaria para que se pueda abrir una causa de beatificación.

Desde su muerte hasta la actualidad, más de trescientas personas -la mayoría mujeres que ejercen su misma profesión- han escrito señalando que fue un ejemplo de vida cristiana y han llegado hasta el Opus Dei numerosos favores (supuestos milagros) que se atribuyen a su intercesión.

Tras cursar estudios elementales, Salvadora (Dora) del Hoyo se trasladó a Madrid, donde trabajó como empleada de hogar en varias casas y después pasó a la residencia universitaria del Opus Dei en la ciudad, donde conoció a san Josemaría.

En 1946 entró en el Opus Dei y a finales de ese año se trasladó a Roma, siguiendo al fundador de la Obra.

En el primer centro del Opus Dei en la capital italiana trabajó como empleada doméstica y gozó de gran prestigio, ya que tanto en la cocina como en el lavadero y otras labores ponía todo su empeño "y buscaba encontrar a Dios en la aparente menudencia de ofrecer el trabajo bien hecho, con cariño hasta el final de su vida", según resaltó Echevarría en la apertura del proceso.

El prelado del Opus Dei subrayó que Dora del Hoyo se ocupó de tareas similares a las desarrolladas por la Virgen María en la casa de Nazaret.

"El ejemplo cristiano de esta mujer contribuirá a mantener vivo el ideal del espíritu de servicio y a difundir en nuestra sociedad la importancia de la familia, auténtica Iglesia doméstica, que ella supo encarnar con su trabajo diario, generoso y alegre", dijo Echevarría.

El proceso se ha abierto en Roma porque allí fue donde falleció Dora del Hoyo.

En esta primera fase, diocesana, se recogerán documentos y declaraciones sobre la vida, virtudes y fama de santidad de Dora y, una vez concluida y cuando se haya certificado que todo ha sido regular, la causa pasará al Vaticano.

En la fase vaticana, que puede prolongarse un número indeterminado de años, toda la información sobre su vida y obra será analizada "al microscopio" por un grupo de expertos, entre ellos historiadores, teólogos y médicos, quienes tendrán que aprobarla antes de que una junta de cardenales y obispos dé su visto bueno.

El camino hacia la santidad tiene tres escalones: el primero es venerable siervo de Dios, el segundo beato y el tercero santo.

"Venerable Siervo de Dios" es el título que se da a una persona muerta a la que se reconoce haber vivido las virtudes de manera heroica.

Para que un venerable pueda ser beatificado es necesario que se haya producido un milagro debido a su intercesión y para que pueda ser canonizado (santo) es necesario un segundo milagro, que ha de realizarse después de ser proclamado beato.

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