"El objetivo del curso es proporcionar a los residentes de Reumatología una formación teórico-práctica actualizada sobre la artritis psoriásica que no han tenido durante su formación", ha explicado el reumatólogo de la Unidad de Artritis del Hospital Clínic de Barcelona y coordinador del Comité Científico del curso, Juan Cañete.
Uno de los retos es establecer una asociación entre atrtitis psoriásica y heterogeneidad clínica para optimizar el manejo individualizado de estos pacientes. "Es importante reconocer las distintas formas de inflamación musculoesquelética que la caracterizan y centrarse en un diagnóstico temprano y tratamiento adecuado", añade el doctor Cañete.
La artritis psoríasica es una enfermedad inflamatoria crónica del sistema musculoesquelético y de la piel que puede afectar a las articulaciones periféricas, la columna vertebral, los tendones y la piel o uñas. Además, suele progresar hacia la destrucción articular con la consiguiente perdida de función y calidad de vida.
El curso se ha estructurado como seminario presencial e intensivo de día y medio de duración, con ponencias teóricas que se intercalan con talleres prácticos y que han contado con la participación de tutores para propiciar la participación activa y el intercambio de buenas prácticas clínicas.
Además, "permite tratar con profundidad las distintas opciones terapéuticas en fármacos biológicos, su mecanismo de acción, eficacia, seguridad, potenciales diferencias entre ellos y sus indicaciones en cada dominio clínico", ha indicado el doctor Cañete, quién también es el coordinador del Comité Científico del curso.
COLABORACIÓN Y MANEJO MULTIDISCIPLINAR
El coordinador del Comité Científico del curso constata también la necesidad de un adecuado manejo multidisciplinar, en el que es fundamental la colaboración Atención Primaria-Dermatología-Reumatología.
La clave principal, "es la alianza con los dermatólogos, puesto que ellos controlan los pacientes con psoriasis, esto es, la población con el mayor riesgo de desarrollar artritis psoriásica; hay que trabajar conjuntamente con ellos ayudará a un diagnóstico y tratamiento más temprano y con mejores resultados".
La colaboración de Atención Primaria también es esencial porque "muchos pacientes tienen una psoriasis leve, que afecta solo a pequeñas áreas, pero que tienen riesgo de desarrollar artritis psoríasica; además, el médico de familia conoce si un paciente tiene un dolor musculoesquelético de ritmo inflamatorio y tiene psoriasis", ha concluido el experto.
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