La escasez de lluvias, por debajo de la media anual, ha hecho imposibles los cultivos y que el precio del ganado se desplome, socavando así los ingresos de las familias que viven en las zonas afectadas y que dependen del sector agropecuario.
"La sequía y la falta de alimentados han hecho que la situación sea aún más difícil para la gente que está viviendo en una región de conflicto", ha dicho el jefe del CICR en Somalia, Jordi Raich Curco. "Desafortunadamente esto no es nuevo. El país ha sufrido recurrentes sequías e inundaciones en los últimos años", ha lamentado.
Raich Curco ha confiado en que la ayuda que las organizaciones humanitarias han entregado --arroz, judías, cereales y aceite vegetal-- "pueda ayudar a algunas de las comunidades afectadas a superar la sequía".
Los alimentos donados por las ONH en las localidades de Sool, Bari, Nugaal y Sanag, ubicadas en el norte de Somalia, durarán aproximadamente un mes, justi cuando se espera que lleguen las lluvias.
Fernando Resta, jefe de proyectos de agua del CICR en Somalia, ha explicado que esta ayuda permitirá a las familias destinar menos dinero a alimentos y comprar el agua acumulada en los pozos, que en época de sequía es el último recurso. "Este año la estación seca ha sido muy dura y el agua de los pozos es mucho más cara de lo habitual", ha dicho.
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