Afganistán. Las tropas españolas en moqur sufren un recrudecimiento de la insurgencia


Las tropas españolas desplegadas en la provincia de Badghis (Afganistán) han sufrido en las últimas semanas un recrudecimiento del hostigamiento de la insurgencia, un aumento que se ha producido principalmente en la zona de Moqur, al este de la región, donde se encuentra instalada una de las dos bases avanzadas que España tiene en el país asiático.
El comandante Alberto Fajardo, destinado en Moqur como uno de los jefes del asesoramiento a las tropas de afganas, explicó que el recrudecimiento de los ataques de los insurgentes es habitual en esta época del año, a finales de verano. Los insurgentes aprovechan los últimos días de buen tiempo antes de la llegada del invierno, cuando su actividad se reduce drásticamente.
El aumento del hostigamiento se ha concretado en un incremento en la colocación de bombas casera, conocidas como IED (dispositivo explosivo improvisado, según sus siglas en inglés). Los convoyes militares afganos y españoles que recorren la zona deben detenerse ante cualquier sospecha y, en su caso, desactivar estos artefactos.
El comandante Fajardo señaló a un pequeño grupo de periodistas desplazados en Afganistán que este aumento de la actividad insurgente también es habitual en los días anteriores a la 'fiesta del cordero'. Esta festividad del islam comenzará este año el próximo 25 de octubre.
“Aún así la moral de la tropa es insuperable”, dijo el comandante en referencia a los más de 200 efectivos con los que cuentan en la actualidad la base avanzada de Moqur.
Uno de los militares de la base explicó que en esta zona la insurgencia recibe mucho más apoyo de la población civil que en las proximidades de Qala-i-Naw, donde se encuentra el grueso de las tropas españolas, compuesto principalmente por la Brigada Paracaidistas (Bripac) 'Almogávares VI'.
VIDA EN UNA BASE AVANZADA
La vida en Moqur, que junto a la de la población de Ludina, al norte de Qala-i-Naw, son las dos únicas bases avanzadas que mantienen las fuerzas españolas, se desarrolla entre patrullas, convoyes, muros de hormigón y mucho compañerismo.
La base, que hasta febrero pasado estuvo ocupada por las fuerzas de Estados Unidos, está construida sobre los restos de una fortaleza que los ingleses levantaron en el siglo 19, cuando Afganistán era una parte de su imperio. También fue utilizada por las tropas de la Unión Soviética y hay militares españoles que aseguran que en las cuevas de la antigua fortaleza que todavía resisten en el interior de la base se encontraron los cráneos de personas ejecutadas por los rusos.
ATAQUE CON MISIL
El capitán Pablo Torres, jefe de la base, explicó que el último ataque contra la posición se produjo en agosto pasado, cuando los insurgentes lanzaron un cohete de fabricación china, que cayó 200 metros del perímetro.
La base se encuentra situada en un punto estratégico del valle de Miranzai, por donde está previsto que transcurra en un futuro el último tramo de la Ring Road, la autopista que circunvalará todo Afganistán. La empresa turca que se encarga de las obras esta empezando a construir una base de operaciones en las proximidades, mientras que el ejército afgano está montando una nueva base. Además, los cinco puestos de observación que las tropas del país asiático han instalado en las colinas que dominan el valle han ayudado a reducir la actividad insurgente.
Desde la base española se domina la entrada hacia Darra-i-Bum y el valle del Murghab, una zona en la que la insurgencia se siente más fuerte, sobre todo desde la retirada de la provincia de Badghis de las tropas americanas e italianas.
Aún así muchos de los militares destinados en Moqur aseguran preferir la vida en la base avanzada que la que se desarrolla en Qala-i-Naw. “La gente prefiere estar aquí, se vive de verdad la milicia y los valores militares”, explicó el comandante Fajardo.

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