Aguirre respalda y respeta las normas de funcionamiento de los centros educativos

Madrid.- La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha advertido hoy de que "no se puede de ninguna manera" cuestionar la libertad de los centros educativos para regular sus normas de convivencia y de funcionamiento, que "respeta y respalda" el Ejecutivo regional.

Aguirre ha hecho así referencia a la votación que se produjo ayer en el Consejo Escolar del Instituto Camilo José Cela de Pozuelo de Alarcón, que ratificó el reglamento del centro que impide el uso de prendas de cabeza y, por tanto, el velo islámico.

La presidenta en ningún momento ha mencionado expresamente esta polémica pero ha querido decir "bien alto y bien claro" que su Gobierno "respeta y respalda las normas de funcionamiento que el claustro y el consejo escolar de cada centro" hayan aprobado "dentro de su autonomía de gestión", para garantizar la convivencia y el éxito del proyecto educativo.

"Lo que no se puede de ninguna manera, como se ha hecho estos días, es poner en cuestión la libertad de cada centro para regular su propia convivencia", ha subrayado Aguirre.

Ha insistido en que los centros educativos de la Comunidad "siempre van a contar con el apoyo" de su Gobierno en la defensa de los reglamentos que elaboran los claustros, de acuerdo con la Ley Orgánica de Educación y con el decreto de Convivencia que la desarrolla.

Asimismo, ha recalcado que la Comunidad de Madrid da "autonomía" a los centros educativos a la hora de adoptar sus decisiones y sus normas de funcionamiento y gestión, que deben ser respetadas tanto por el Gobierno regional, como por los alumnos, el claustro (director, jefes de estudio, profesores, padres y madres y alumnos) y el consejero escolar de cada colegio e instituto madrileño.

En su opinión, solo de este modo es posible "garantizar la buena convivencia y el éxito del proyecto educativo".

La presidenta ha hecho estas consideraciones después de inaugurar el instituto público Santamarca, en el distrito madrileño de Chamartín, y de recorrer las instalaciones del centro, donde estudian 460 alumnos, algunos de origen inmigrante, que en ningún caso llevaban cubierta la cabeza con ninguna prenda.