Anfac apuesta por reducir paulatinamente la fiscalidad en la compra de vehículos


El Estado español recaudó en el año 2010 un total de 24.688 millones de euros del sector del automóvil, lo que, según la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), representa un incremento del 6,8% en comparación con el año anterior.
Según la última publicación de la patronal, "Anfac Informa", la fiscalidad en el automóvil es parte importante del marco general que hace competitivo a un país. Por ello, a su juicio, en un país productor de vehículos, como es España, no debería existir una fiscalidad tan alta a la compra de un vehículo nuevo, porque coarta la capacidad de crecimiento del mercado.
"En estos días en que se critica en demasía al automóvil en materia medioambiental, la fiscalidad puede y debe jugar un papel importante a la hora de tomar medidas para mejorar la calidad del aire de las ciudades. Pero una política fiscal adecuada debe ir ligada a la mejor medida que existe en estos momentos para favorecer el medio ambiente, que no es otra que la necesaria e imprescindible renovación del parque automovilístico", considera Anfac.
Según los datos que maneja esta organización, 100 vehículos actuales contaminan menos que un vehículo de los años 70. Además, los filtros de partículas han reducido las emisiones de partículas un 99%, y puede estimarse que el 20% del parque produce el 80% de estas emisiones. Según Anfac, entre 1995 y 2008 las emisiones medias de CO2 de los turismos nuevos han disminuido más de un 13%.
En este sentido, la publicación recuerda que España tiene un parque de vehículos obsoleto, con un porcentaje de vehículos de más de diez años por encima de la media de la UE.
La recaudación fiscal que se obtiene en España sobre los vehículos a motor sobrepasa los 24.000 millones. Esta "enorme" carga fiscal excede con mucho los costes directos e indirectos que genera el automóvil, como son construcción de carreteras, mantenimiento, accidentes, etcétera, y supone un obstáculo importante para el desarrollo del mercado español de vehículos, añade.
La política fiscal española sobre los vehículos a motor "debe tener en cuenta la gran importancia del sector en el conjunto de la economía española, ya que supone un factor clave para la competitividad de la industria fabricante instalada en su territorio".
La adopción de medidas de apoyo económico a la renovación del parque automovilístico, que al final lo que supone es una moderación de la carga fiscal que soporta el automovilista, se ha demostrado que "son eficaces respecto a la demanda y al ritmo de renovación del parque".
La modernización de la presión fiscal "pasa también por la superación de la concepción exclusivamente recaudatoria, y su enlace con políticas energéticas, industriales y medioambientales".
En esta línea, Anfac considera lógico que, si los costes externos se producen por la utilización del vehículo, la imposición debería dirigirse esencialmente hacia estos supuestos, de forma similar a la evolución experimentada por otros países de la UE y, en especial, en aquellos que al contar con fuerte industria automovilística resultan más sensibles a este problema.
Pero, dada la situación económica tan complicada de muchos ayuntamientos, cabe la posibilidad de que se produzca un incremento en la fiscalidad al uso sin que paralelamente se haya realizado ningún esfuerzo de reducción de los tipos impositivos en la adquisición.
En definitiva, si bien, la tendencia es hacia una mayor presión fiscal sobre el uso de los vehículos en línea con los propósitos de la UE, esta presión fiscal debe compensarse, tal y como también sugiere la Comisión de la UE, con una reducción paulatina de la fiscalidad en la compra de los vehículos para eliminar los obstáculos impositivos en el mercado interno, algo que todavía no es una realidad, concluye.

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