Año chino del tigre: ¿una nueva oportunidad para el "rey de las montañas"?

  • Sólo quedan 400 tigres siberianos en estado salvaje en todo el mundo, 20 de ellos en un rincón de China en la frontera con Siberia. Los habitantes de la pequeña aldea de Caomao siempre han tenido una relación difícil con el depredador locale, el "rey de las montañas". Los tigres matan a su ganado y los lugareños responden poniendo trampas en los bosques para evitarlo. Pero las campañas de concienciación y recompensas económicas esperan salvar a esta especie en peligro de extinción.
Sólo quedan 400 tigres siberianos en estado salvaje en todo el mundo
Sólo quedan 400 tigres siberianos en estado salvaje en todo el mundo
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Kathleen E. McLaughlin | GlobalPost

(Hunchun, China).Cada primavera, los aldeanos suben a las montañas para hacer ofrendas al dios tigre, pidiéndole protección para sus familias y ganado. Respetan, temen y a menudo odian a los tigres, las bestias que se dan banquetes con sus animales y que han matado a más de unas cuantas personas a lo largo de las décadas.

"Solíamos estar muy enfadados con ellos, despreciábamos a los tigres", asegura el líder del pueblo, Sha Mingguo. "Pero también tenemos por costumbre respetarles, porque son el dios de las montañas. Nunca les matamos de forma intencionada".

Pero fuese de forma intencionada o no, los habitantes de Caomao y otras aldeas en los alrededores de Hunchun sí han matado tigres. Durante décadas han competido con los animales por comida y territorio. Hasta hace poco parecía que los humanos ganarían la batalla. En la actualidad quedan menos de 20 tigres salvajes en esta remota esquina de China, en la frontera con Siberia, a escasos kilómetros de Corea del Norte. El resto de tigres siberianos o de Amur que todavía sobreviven -menos de 400 en total- viven a lo largo de una amplia zona protegida y despoblada de Rusia.

Los tigres de Amur estuvieron a punto de desaparecer durante el siglo pasado, en gran parte debido a cacerías en Rusia y trampas en China, fundamentalmente para conseguir partes del animal demandadas por la medicina tradicional. Pero gracias a las medias de protección adoptadas en la última década, la especie -son los tigres vivos más grandes, con un peso medio de 300 kilos- ha comenzado a recuperarse.

Sin embargo, para que puedan salir adelante, los expertos y conservacionistas dicen que son necesarios algunos cambios importantes, como trasladar la aldea de Caomao lejos de la reserva nacional del tigre siberiano.Esta aldea es una de las pocas zonas de la reserva del tigre de Amur en China, de 1.000 kilómetros cuadrados, donde animales y humanos intentan coexistir. Aunque sólo hay 700 personas viviendo ahora en Caomao, la historia ha demostrado que a los tigres no les va bien cuando los humanos se instalan cerca.

Coincidiendo con la celebración en 2010 del Año del Tigre, se están poniendo en marcha en China nuevas medidas que podrían hacer que el tigre siberiano salvaje pase de ser una especie que apenas sobrevive a convertirse de nuevo en el rey de las montañas. Los grupos conservacionistas locales están trabajando con agencias internacionales y mecenas para desarrollar una nueva estrategia multilateral para salvarles.

"Estamos intentando construir un sistema de protección internacional", explica Lang Jianmin, un funcionario de Hunchun a cargo de los planes para salvar a los tigres. Son buenas noticias para quienes trabajan para salvar a estos majestuosos animales, casi desaparecidos de la vida salvaje en China.

Si bien el país celebra fiestas y reverencia ostensiblemente a los tigres, ha terminado por llevarlos al borde de la extinción con su insaciable demanda de partes del animal para la medicina tradicional y para decoración. Nuevas iniciativas en marcha para legalizar parcialmente el comercio de tigres criados en granja podrían amenazar aún más a los pocos ejemplares que quedan salvajes. No obstante, los proyectos, si se gestionan bien y consiguen financiación, podrían lograr buenos resultados.

"Si la zona de protección de Hunchun mejora, se podrá observar casi de inmediato una mejora de la vida salvaje en ese área", dice Michiel Hotte, del Amur Leopard and Tiger Alliance, con sede en Ámsterdam.

Un pequeño grupo en Hunchun ha intentado proteger a los tigres y ha dado pasos importantes en la última década. Aún así, con una simple ojeada se puede ver que los esfuerzos locales carecen de financiación suficiente y están luchando para seguir adelante. Hunchun está comenzando a registrar destellos del mismo desarrollo económico que ha impulsado otras partes de China, lo que también lleva asociadas importantes consecuencias medioambientales.

Entre los pasos dados para la conservación del tigre figura un plan de compensación para granjeros que pierden ganado a causa de los ataques de los animales, algo que ha pasado más de 100 veces en los últimos tres años. Aún así, las medidas son algo inferiores a lo que esperan los campesinos. Zhou Huijin, que perdió en 2008 una vaca por el ataque de un tigre, recibió como recompensa 3.000 yuanes (323 euros) del gobierno local.El dinero estuvo bien, según cuenta Zhou, pero asegura que podría haber vendido la vaca viva por el doble de esa cantidad."Ahora recibimos una compensación, que está bien", admite Sha, el líder del pueblo. "Podemos apoyar la idea de proteger a los tigres".

Desde 2001, algunos voluntarios de la zona han desmontado más de 10.000 trampas para animales en las montañas a las afueras de Hunchun, el hábitat de los tigres. Los artilugios colocados por los campesinos para atrapar venados y cerdos han provocado la muerte de al menos un tigre en esta década, y Sha admite que algunos vecinos todavía siguen instalando trampas en las montañas. Desde la Wildlife Conservation Society aseguran que se ha observado un aumento de tigres desde que el número de trampas en la zona ha disminuido. Según esta organización, en 1998 se vieron menos de 10 tigres en la zona, y menos de una década más tarde ya se habían logrado detectar 90 ejemplares.

Li Zhixing llegó al pueblo en 2001, con los primeros proyectos de China para proteger al tigre de Amur, para trabajar en la oficina de coordinación de Hunchun. Ex agente de policía, Li no tenía un especial interés en salvar a los animales salvajes, pero tras unos meses en el puesto encontró su auténtica vocación enseñando a los habitantes de la zona la importancia de proteger las especies en grave peligro de extinción."Todas las personas tienen un momento en su vida en el que descubren lo que saben lo que tienen que hacer. Yo supe que esto es lo que tenía que hacer", dice Li.

El trabajo del Gobierno no duró mucho tiempo, y a Li le obligaron a retirarse por cuestiones de edad hace un par de años. Pero no se desanimó y fundó su propia organización no gubernamental, que trabaja directamente con su antigua oficina gubernamental en temas de conservación y educación. En 2010 tiene como objetivo recaudar 2.000 dólares (más de 1.400 euros) para publicar un libro que sirva para educar a escolares en la necesidad de salvar a los tigres salvajes de China.

Li asume cada año un pequeño proyecto, y mantiene la esperanza de que tanto el Gobierno central de China como las agencias internacionales se unan para impulsar grandes iniciativas a favor del tigre de Amur. Después de todo, recuerda, su país ya ha sido capaz de salvar a los osos pandas salvajes. "Tengo esperanzas", dice Li. "Si lo intentamos en serio y trabajamos de verdad en ello, todavía tenemos tiempo para salvar a los tigres".

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