El papa Pablo VI, quien fue pontífice de 1963 a 1978, será beatificado el 19 de octubre del 2014, al término del sínodo de obispos que se celebrará en el Vaticano, informaron el martes fuentes próximas al caso.
La Congregación para las Causas de los Santos ha aprobado la existencia de un milagro por intercesión del papa Pablo VI que servirá para su beatificación, según informó hoy la agencia italiana ANSA.Pero será el papa Francisco quien tendrá que aprobar el decreto del milagro para que sea efectiva su beatificación y elegir la fecha.
Algunos medios italianos ya habían informado previamente de que el milagro elegido para Pablo VI era la "sanación" de un feto en 2001 en Estados Unidos, propuesto por el postulador de este proceso, Antonio Marrazzo.
El caso se refiere a la historia de una mujer que durante el embarazo descubrió un grave problema cerebral del feto y a la que los médicos aconsejaron como posible solución el aborto, pero la joven se opuso y quiso concluir el embarazo encomendándose a la intercesión de Pablo VI.
Según dijo Marrazzo en 2012 a Radio Vaticano, "el niño nació sin problemas" y los médicos consideraron su nacimiento "un hecho verdaderamente extraordinario y sobrenatural",
La elección del milagro, continuó el postulador, se decidió "en línea con el magisterio del papa" que escribió la encíclica "Humanae vitae", sobre la defensa de la vida.Pablo VI fue un Papa que sufrió por la Iglesia
Pablo VI, cuyo nombre de pila era Giovanni Battista Enrico Antonio Maria Montini, continuó con el Concilio Vaticano II, la gran obra de modernización de la Iglesia lanzada por el pontífice anterior, Juan XXIII, quien falleció antes de concluir su proyecto. Otra de sus grandes aportaciones religiosas fue la encíclica 'Humanae vitae'.
Tanto la vida como el papado de Pablo VI se incriben en un contexto social y político muy convulso. Nació en 1897 en una aldea del norte de Italia en el seno de una familia acomodada. Desde muy joven destacó por su participación en asuntos ideológicos. Cuando tenía tan sólo 25 años, en 1922, el partido nacional fascista de Benito Mussolini se hacía con el poder en Italia. Pablo VI no dudó en adoptar una firme actitud anti fascista.
Su participación para que Italia y Mussolilni no influyeran en las decisiones internas del Vaticano, le llevó a enfrentarse con parte de la curia romana, en la que algunos sectores empezaron a acusarle de insmiscuirse indebidamente en asuntos políticos y le catalogaron con la etiqueta de "progresista", un adjetivo que nunca se quitaría pese a que levantó cuantiosas críticas tanto en los sectores conservadores como en los más liberales.
En 1954 fue nombrado arzobispo de Milán, una archidiócesis de gran importancia y prestigio debido al número de fieles y de sacerdotes que la componen. Durante su estancia en la ciudad milanesa se ganó el apodo del 'arzobispo de los trabajadores' aunque si antes había tenido que enfrentarse al fascismo ahora le tocaba afrontar el calado que tuvo el comunismo entre las clases obreras italianas.
En una región como Lombardía, eminentemente industrial, las teorías comunistas podían prender fuerte entre los trabajadores, pero se encontraron con el muro que levantó Giovanni. Su archidiócesis se mantuvo constante en la ayuda a los más necesitados e impulsó un programa educativo y de prensa libre católica que sirvió para la creación de una base social que difícilmente podría caer en extremismos.
Cuando Juan XXIII falleció en el verano de 1963, la curia romana vio en Montini al hombre ideal para sucederle al frente de Roma y concluir el Concilio Vaticano II. Su mandato en el Vaticano chocó fuertemente con las ideas que empezaban a surgir en Occidente en la década de los sesenta sobre el control de la natalidad.
La mayoría de los asesores de Pablo VI sobre este controvertido asunto, le aconsejaron que la Iglesia Católica debía realizar algún tipo de cambio en la enseñanza sobre la concepción. Sin embargo en 1967 la encíclica 'Humanae vita' fue publicada definiendo la postura del Vaticano al respecto. La natalidad quedaba como una cuestión que sólo podía ser atendida por la ley divina. El texto provocó numerosas críticas por parte de sectores progresistas, tanto desde dentro como desde fuera de la religión. En Estados Unidos más de doscientos teólogos publicaron una carta expresando su profundo rechazo a la postura que anunciaba Roma.
El futuro beato también se debe destacar que se conviritó en el primer Papa que visitó los cinco continentes, en sus diez viajes por el mundo. Fue el primer pontífice en reunirse con representates de los cristianos ortodoxos y ya contaba con una amplia experiencia en dialogar con la Iglesia anglicana durante su etapa como arzobispo.
El 20 de diciembre de 2012, Benedicto XVI firmó el decreto de "virtudes heroicas" de Pablo VI con el que se le declaró "venerable" y continuó el proceso para su beatificación.
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