Argentina: nieto de Abuelas Plaza de Mayo celebra un año de haber recuperado su identidad

  • Ignacio Montoya Carlotto, el nieto recuperado de la activista argentina Estela Carlotto, evocó sus vivencias y emociones al cumplir un año este miércoles de conocer su verdadera identidad tras haber sido robado de bebé, en 1978, durante la dictadura.

"Hace un año recibía una llamada de un número desconocido y de un momento a otro el frente de mi casa se me llenó de gente. Intuí que algo o todo de lo que había hasta ahí no sería igual de ahí en más", escribió en las redes sociales el más célebre nieto recuperado de las Abuelas de Plaza de Mayo.

El joven, un músico de profesión de 38 años, es hijo de Laura Carlotto y Walmir Montoya, militantes políticos asesinados en la dictadura argentina (1976-83), que fue robado poco después de nacer en un centro clandestino de detención.

Su madre lo llamó Guido, contó una sobreviviente que había sido compañera de cautiverio, pero sus apropiadores lo inscribieron como Ignacio Hurban, nombre que finalmente conservó junto a los dos apellidos de sus verdaderos padres.

"Hasta ese entonces (hace un año) era dueño de una franca y apacible vida que se veía materializada en unos afectos buenos que supieron acompañarme con la valentía de gladiadores y el amor de los mejores amores", afirmó.

Montoya Carlotto fue anotado como propio y criado por una pareja de trabajadores rurales en la zona de Olavarría (353 km al sudoeste de Buenos Aires), a los que fue entregado por el poderoso patrón del campo donde trabajaban y quien tenía vínculos con la dictadura.

"Comenzó ese 5 de agosto de 2014, un viaje con olor a aventura y sueños de final feliz, abrazos, muchos llantos, preguntas, respuestas y más respuestas que preguntas", destacó sobre la fecha en que supo que el análisis genético había dado positivo.

Aquel día supo que su propia abuela era Estela, la reconocida presidenta de la organización dedicada desde 1977 a buscar a unos 500 bebés y niños robados durante la dictadura, que desapareció o asesinó a unas 30.000 personas.

"Me encontré con la alegría reflejada en lágrimas de una larga vida de búsqueda, al fin con el premio del abrazo final", afirmó.

Ignacio fue el 114 nieto que recuperó su identidad, luego hubo dos casos más.

ls/val

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