Anxo Lamela
Copenhague, 25 jun.- Thóra Arnórsdóttir, popular periodista y principal contrincante del presidente islandés, Ólafur Ragnar Grímsson, en las próximas elecciones del sábado representa el ascenso de las mujeres y el cambio generacional en ese país escandinavo.
En caso de su victoria -algo que los últimos sondeos dan como poco probable-, sería la segunda mujer en acceder a la jefatura de Estado de Islandia desde su independencia de Dinamarca en 1944 y la persona más joven en asumir el cargo.
A sus 37 años, podría convertirse en la sucesora de Vigdís Finnbogadóttir, quien en 1980 fue la primera mujer presidenta elegida democráticamente en el mundo, y asentar así el dominio de las islandesas en los principales cargos políticos del país.
Islandia cuenta desde 2009 con una mujer como primera ministra, Jóhanna Sigurdardóttir, y otra como presidenta del Parlamento, Ásta Ragnheiður Jóhannesdóttir, ambas socialdemócratas.
Casi el 43 % de los diputados del Althingi (Parlamento islandés) son mujeres, y estas son además mayoría en el Gobierno, un reflejo del creciente poder femenino en Islandia, en contraposición a la cultura masculina asociada en parte a la crisis que colocó al país al borde de la bancarrota en octubre de 2008.
En las elecciones a obispo en la Iglesia Nacional Luterana de hace dos meses, Agnes Sigurdardóttir dobló en votos a su rival, un hombre, y se convirtió en la primera mujer en ocupar el puesto.
Thóra Arnórsdóttir representa también, en varios sentidos, un cambio generacional frente a un presidente casi septuagenario.
Si gana, su compañero, el también periodista Svavar Halldórsson -que tiene otros tres hijos de una anterior relación-, será el que tome un permiso de paternidad para cuidar a los tres hijos de la pareja, uno de ellos nacido hace un mes.
Antigua guía turística, la aspirante a presidenta ha cursado también estudios de idiomas, filosofía, economía y política internacional, pero su popularidad se debe a su trabajo como presentadora de televisión en la cadena estatal RÚV, que le ha valido ser elegida dos veces personalidad televisiva del año.
Fue precisamente trabajando para la RÚV como conoció a Svavar Halldórsson, un periodista apreciado por su trabajo de investigación sobre la crisis, que no obstante le ha acarreado alguna demanda judicial de varios poderosos banqueros y empresarios.
Además de popular, Thóra Arnórsdóttir no tiene ninguna vinculación evidente con los responsables de la crisis, un punto a su favor, como el de contar con los responsables de la campaña que llevaron hace dos años al "Mejor Partido" del humorista Jón Gnarr a la alcaldía de Reikiavik.
Siguiendo el modelo de entonces, ha evitado las polémicas con Ólafur Ragnar Grímsson, quien abrió la campaña acusándola de inexperta y de ser una marioneta de la primera ministra.
Pero la táctica de enviar únicamente mensajes positivos y no meterse en el fango no parece haberla beneficiado de todo, ya que en unas semanas ha pasado de ser la principal favorita a verse claramente superada en los sondeos, que ponen muy cuesta arriba su empresa.
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