Artista taiwanesa adopta como ahijado al niño de vendedor ambulante ejecutado

  • La famosa artista taiwanesa Annie Yi ha adoptado como ahijado al hijo de un vendedor ambulante ejecutado el miércoles por matar a dos policías municipales en un controvertido caso que ha suscitado las críticas de la sociedad china al sistema judicial y policial del país.

Pekín, 26 sep.- La famosa artista taiwanesa Annie Yi ha adoptado como ahijado al hijo de un vendedor ambulante ejecutado el miércoles por matar a dos policías municipales en un controvertido caso que ha suscitado las críticas de la sociedad china al sistema judicial y policial del país.

La cantante y escritora prometió hoy que financiará la educación del menor, de 13 años, y aseguró sentirse como "la hermana" de la esposa del ejecutado, publica hoy el diario independiente "South China Morning Post".

Yi también pidió a la ciudadanía que "compre" los dibujos del niño, "quien ha mostrado su interés y su talento en este campo".

Las redes sociales han difundido abundantemente una pintura hecha por el niño y en la que se le podía ver junto a su padre, Xia Junfeng.

La artista, cuya cuenta es seguida por 14 millones de usuarios en las redes sociales chinas, es conocida por su actividad en internet, donde ha expresado sus opiniones libremente, como cuando apoyó al semanario "Southern Weekly" ante la censura del Gobierno chino a esta publicación.

Tras ser despedido de la empresa en la que trabajaba, Xia Junfeng vendía comida en un puesto ilegal en la calle junto a su mujer en la provincia de Liaoning (norte de China) hasta el enfrentamiento con la policía municipal que le llevaría hasta su ejecución.

El suceso por el que fue juzgado el vendedor ocurrió en 2009, cuando varios policías locales -los temidos "chengguan", agentes conocidos en el país por su uso desproporcionado de la fuerza- se acercaron a su puesto ambulante, en el que vendía salchichas y pollo junto a su mujer, derribaron el carrito, le pegaron y se lo llevaron detenido sin ningún cargo a la comisaría.

En la comisaría, según explicó su abogado, Teng Biao, en el documento que presentó ante el tribunal -y que Chinese Human Rights Defenders (CHRD) difundió-, un grupo de diversos chengguan comenzaron a propinar una brutal paliza a Xia, hasta que éste se percató de que tenía un pequeño cuchillo en su bolsillo -para cortar comida- y mató a dos policías e hirió a otro.

Tras dos apelaciones, la última palabra la tuvo el Tribunal Supremo de Pekín, quien finalmente desestimó la demanda de Xia y ratificó su condena, por lo que fue ejecutado.

Numerosos activistas e internautas han apoyado desde el principio la versión del vendedor ambulante, quien consideran que trató de defenderse ante un cuerpo muy mal considerado en el país, por ser protagonista de actitudes violentas que han terminado en un número no determinado de muertes de ciudadanos y de todo tipo de enfrentamientos.

Tras la ejecución, muchos ciudadanos criticaron el sistema judicial chino y su doble vara de medir, al comparar algunas penas de funcionarios corruptos con la que se ha aplicado al vendedor ambulante.

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