La cantante sevillana Isabel Pantoja ha llegado en torno a las 8.00 horas de este viernes a la prisión de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) en un coche junto a su hermano Agustín y ha entrado al recinto acompañada por dos funcionarias.
Pantoja llegaba al centro penitenciario, donde multitud de periodistas y policías nacionales esperaban su llegada, en un vehículo marca Mercedes escoltado por otro de la Guardia Civil y conducido por un hombre. Pantoja iba sentada en la parte trasera con unas amplias gafas de sol y el rostro muy serio.
El vehículo en el que también viajaba de copiloto su hermano ha entrado hasta el aparcamiento de los funcionarios y desde éste la tonadillera condenada ha tenido que recorrer varios metros andando con un gran bolso negro colgado del hombro y siempre por delante de dos funcionarias que la han dirigido hasta la puerta de la cárcel.
Por su parte, Agustín Pantoja abandonaba el recinto carcelario llorando ante la despedida de su hermana, que debe cumplir una condena de dos años de cárcel impuesta por la Audiencia de Málaga por un delito de blanqueo de capitales.Así es la cárcel en la que estará Pantoja: Alcalá de Guadaira
La cárcel de mujeres de Alcalá de Guadaira (Sevilla), a unos 15 kilómetros de la capital andaluza, será el nuevo hogar de la tonadillera Isabel Pantoja, condenada a dos años de prisión por blanquear dinero del exalcalde de Marbella, Julián Muñoz, según consta en la condena de la Audiencia Provincial de Málaga.
La Audiencia de Málaga emitió un duro auto en el que no dudaba en repochar la falta de arrepentimiento de la cantante y en la que se la calificaba de "paradigma de ilegalidad criminal en el aprovechamiento privado y torticero del patrimonio público".
La cárcel en la que ha ingresado para cumplir su condena fue inaugurada en 1992, tiene tres modelos y allí están alojadas entre 120 y 150 reclusas. Hay 83 celdas, para entre tres y cinco reclusas, aunque también hay algunas individuales en el módulo 1. Alli es dónde previsiblemente ingrese Isabel Pantoja.
En total hay 110 funcionarios, en varios turnos, un número muy similar al de reclusas, y en muchos casos es una cárcel pionera. Por ejemplo, fue la primera en instaurar un módulo de madres, en el que no se tiene sensación de estar en prisión. No hay celdas, cristaleras especiales, ni nada que dé la sensación de estar encerrado.
Todas las celdas tienen su aseo, pero las duchas son comunes y abiertas. Hay sala de TV, un gran patio en cada módulo -700 metros-, peluquerías y talleres.
Lo primero que se ha hecho a su llegada, según el protocolo, es tomarla las huellas, comprobar sus datos, cachearla y guardar su dinero. Dispondrá de 100 euros para comprar en el economato y sólo podrá llamar a determinados números. Un educador, un trabajador social y un médico serán sus primeros contactos en prisión.
La tonadillera podrá saber lo que pasa en el exterior y podrá ver la televisión, incluidos los programas de televisión en los que se hable de ella, si previamente compra un televisor.
La prisión de mujeres de Alcalá de Guadaira es un centro muy familiar, pequeño, pero en el que desde luego, las condiciones no son como en el exterior. Hay cursos de costura y la opción de participar en determinados servicios, de forma que Pantoja podría, por ejemplo y de forma voluntaria, tener que servir la comida a las otras reclusas o lavar sus platos y cubiertos, según apuntaba recientemente una mujer que estuvo presa en este centro penitenciario.
Centro de respeto
El total de la prisión sevillana es un centro de respeto, donde existe una comisión mixta entre las reclusas y la dirección, con el fin de lograr un entorno tranquilo y poco conflictivo.
Comunicaciones y visitas
Pantoja, como el resto de la mayoría de reclusas, podrá tener comunicación personal, en locutorios del centro, con sus familiares
acreditados y amigos previamente autorizados. Las comunicaciones familiare, en el caso de no disfrutar de permisos ordinarios, podrá ser una vez al mes, entre una y tres horas.
Las comunicaciones íntimas, con su pareja, si no disfruta de permisos ordinarios, será al menos una vez al mes, durante una y tres horas de duración. Además, podrá comunicar de forma habitual con su familia, abogado u otras personas.
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