"Desgraciadamente, la consecuencia de este ataque contra el Estado Islámico es que murieron", declaró Dacic en rueda de prensa en Belgrado, al día siguiente del bombardeo de Estados Unidos.
Los dos funcionarios de la embajada de Serbia en Libia, Sladjana Stankovic, a cargo de la comunicación, y su chófer Jovica Stepic fueron secuestrados el 8 de noviembre en la ciudad costera de Sabratha, un bastión islamista, a unos 70 km al oeste de la capital, Trípoli.
Los dos serbios fueron secuestrados tras el ataque al convoy de vehículos de la legación diplomática serbia en el que viajaban con destino a Túnez.
Aviones de combate estadounidenses bombardearon el viernes un campo de entrenamiento del EI en Libia, con un saldo de unos 50 muertos. Era la segunda vez en tres meses que Estados Unidos atacaba blancos del EI en Libia, un país sumido en el caos desde 2011.
Médicos, enfermeras, ingenieros y obreros de la construcción serbios llegaron a Libia hace décadas, en la época de esplendor en las relaciones entre Belgrado y el régimen de Muamar Gadafi.
Buena parte de ellos, en particular los que trabajan en hospitales, se negaron a irse del país tras el derrocamiento de Gadafi en 2011.
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