Aumentan a 27 los muertos por beber alcohol adulterado en Pakistán

  • El número de personas fallecidas tras consumir alcohol producido clandestinamente en la sureña ciudad paquistaní de Karachi aumentó hoy a 27, después de que pereciesen hoy otras cuatro víctimas, informó a Efe una fuente oficial.

Islamabad, 9 oct.- El número de personas fallecidas tras consumir alcohol producido clandestinamente en la sureña ciudad paquistaní de Karachi aumentó hoy a 27, después de que pereciesen hoy otras cuatro víctimas, informó a Efe una fuente oficial.

Otras seis personas permanecen ingresadas en el Hospital Médico Jinnah en estado crítico, dijo una fuente del centro médico que prefirió mantenerse en el anonimato.

Las primeras muertes se produjeron el martes por la noche, en el marco de las celebraciones del Festival del Sacrificio (Eid ul Adha), festividad musulmana que rememora el episodio en el que Abraham estuvo a punto de matar a su hijo primogénito en ofrenda a Dios.

Todos los fallecidos, residentes de cinco áreas diferentes de la ciudad, eran jóvenes de entre 15 y 25 años que había comprado alcohol de producción ilegal a un vendedor en el área de Laandhi.

En total, 43 personas adquirieron bebidas intoxicadas de este comerciante, indicó a Efe un oficial de Policía del lugar, And Korangi.

El agente aseguró que la institución armada arrestó a 13 personas en relación con el crimen y que "cerraron todos los lugares donde producían las bebidas".

En la misma provincia a la que pertenece Karachi, Sindh, 20 personas perdieron la vida la semana pasada y varias tuvieron que ser hospitalizadas tras consumir un licor de producción ilegal, en la sureña ciudad de Hyderabad y sus alrededores.

Este tipo de tragedias ocurren de vez en cuando en Pakistán, oficialmente una república islámica en la que la ley solo permite comprar y consumir alcohol a los no musulmanes, que constituyen poco más del 3 % de la población del país.

A pesar de la prohibición, no son pocos los musulmanes que toman bebidas alcohólicas en el ámbito privado.

Los más pudientes consiguen acceso a las mismas a través del mercado negro o de contactos con ciudadanos extranjeros, mientras que aquellos con menos recursos suelen abastecerse en destilerías clandestinas de dudosa fiabilidad.

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