Investigación

Barbacid: "Queda mucho pero un día la radioterapia será el ungüento amarillo"

El doctor vuelve a la carga y descubre el motivo del fracaso de fármacos contra cánceres causados por mutaciones oncogenes que originan más del 20% de los tumores, especialmente en pulmón y páncreas. 

Barbacid abre una nueva posible vía de tratamiento para el cáncer de pulmón
Barbacid abre una nueva posible vía de tratamiento para el cáncer de pulmón

Un nuevo estudio del equipo del doctor Mariano Barbacid vuelve a iluminar el camino en la lucha contra el cáncer. En este caso el valor de este trabajo será evitar a la industria farmacéutica seguir gastando dinero en busca de unos fármacos cuyo resultado no es el deseado y que empiecen a trabajar en otra línea de investigación. El último trabajo encabezado por el bioquímico español descubre el motivo del fracaso del tratamiento contra unos cánceres causados por unas mutaciones que están detrás de más del 20% de los tumores humanos, especialmente los adenocarcinomas de pulmón y páncreas, dos de los cánceres con peor pronóstico. Tendrán que pasar "unos  100 años para que la quimioterapia se pueda considerar como lo que ahora entendemos por el ungüento amarillo", pero poco a poco se avanza hasta que llegue el día en el que se pueda decir que "hay fármacos selectivos contra todas las mutaciones que conocemos en cáncer". 

Explica Barbacid a La Información que hoy en día se van conociendo las mutaciones que causan cáncer -hasta 500- y cada una de ellas deberá ser tratada de forma distinta -por ahora solo hay una docena de fármacos selectivos-. "Para que el oncólogo proporcione el fármaco adecuado tiene que saber de qué mutación se trata, sin olvidar que desgraciadamente no se conocen todas", aclara poniendo como ejemplo que los tumores de pulmón "ya no se puede decir que sea cáncer de pulmón" sino concretar en carcinoma escamoso o adenocarcinoma. Así, si "tiene la mutación en un gen que se llama ALK se le tratará con un fármaco y si se encuentra en el factor epidérmico el tratamiento será diferente. Si lo hicieran al revés se estaría proporcionando la medicina inadecuada sin lograr el resultado esperado.  Poco a poco se intenta así, siempre que sea posible, dejar a un lado la quimioterapia que a día de hoy es la medicina para todo. 

Ahora el nuevo estudio del equipo de Barbacid ha descifrado un poco más las mutaciones en KRAS. Desde hace casi 10 años el mundo de la medicina y la industria farmacéutica llevan intentando hacer fármacos contra esta mutación que se descubrió en el año 1982. De hecho, a finales del año pasado la Agencia Americana del Medicamento (FDA) aprobó el fármaco sotorasib, el primer inhibidor para esta mutación pero que solo actúa en aquellos oncogenes activados por la mutación G12C, una de las más de 20 distintas mutaciones que activan este oncogén.

Dada la dificultad de bloquear KRAS directamente, la industria farmacéutica ha intentado inhibir este oncogén diseñando inhibidores contra las proteínas responsables de transmitir su actividad oncogénica, "si no puedes atacar al origen, atacas a los mensajeros", puntualiza Barbacid. La mayoría de estos 'mensajeros' son quinasas, un tipo de enzimas que pueden ser fácilmente abordables desde un punto de vista farmacológico. Desgraciadamente, ninguno de los inhibidores generados ha podido ser aprobado por la FDA por su falta de actividad terapéutica o por sus inaceptables toxicidades.

"No sabíamos por qué fracasaban", reflexiona Barbacid, ante lo que su equipo, utilizando técnicas de manipulación génica en modelos animales, ha sido capaz de proporcionar una explicación científica a estos fracasos al demostrar que la eliminación de estos 'mensajeros' induce una toxicidad en el aparato digestivo de los ratones de tal magnitud que causa su muerte en pocos días. Llegados a este punto la industria estaba frustrada ya que "desarrollar un fármaco cuesta lo mismo que la vacuna contra el coronavirus, no es un proyecto de investigación como los que hay en España de 100.000 euros", critica Barbacid. 

Pero aquí es donde cobra mucha importancia el nuevo trabajo, publicado en la revista 'Cancer Cell'. "Ahora lo que tiene que encontrar la industria son moléculas que no inhiben sino que destruyen la proteína, y esto es lo más complicado". Así, "el valor de este trabajo es evitar que la industria farmacéutica siga gastando dinero haciendo inhibidores. No podemos decir cómo hacerlo pero sí decir como no hacerlo", asegura este científico español que una vez más insiste en que en España "falta dinero para la investigación". 

Pone como ejemplo que en nuestro país "hay tres grandes investigadores que tratan de desarrollar una vacuna contra el coronavirus y el que más presupuesto pueda manejar ronda los 700.000 euros". Recuerda que Pfizer ha invertido más de 500 millones. "Y lo que es fantástico es que estos grupos que están con 9 ó 10 personas trabajando en condiciones laborales precarias estén consiguiendo resultados tan interesantes". Hace unos días se conoció que uno de estos tres proyectos había alcanzado el 100% del éxito en ratones. Recuerda Barbacid lo que  sufrió por el futuro de sus investigaciones durante el confinamiento "cuando hubo que limitar el acceso al centro y solo podían venir dos personas para atender las 2.000 cajas de ratones que tenemos que cuidar". Explica que el animalario "es muy delicado y tiene una esterilidad superior a la de cualquier quirófano". Y su temor no fue en vano ya que "perdimos dos o tres experimentos que estaban en marcha y que se pude volver a empezar pero si morían los ratones volver a empezar costaría años". 

Le gusta a este biólogo español puntualizar la pregunta del millón: ¿Estamos cerca de acabar con el cáncer? Insiste en que "no hay un cáncer porque si no hubiéramos o casi acabado o tendríamos mucho camino avanzado". Vuelve a poner como ejemplo "el cáncer de pulmón con la mutación en el gen ALK para el que ya hay un fármaco pero esos cánceres representan un 4% de todos los cánceres de pulmón y estos suponen una incidencia entre un 10% y 15% de todos los cánceres". Y es tajante: "La lucha contra el cáncer no es contra una enfermedad sino contra más de 100". Que afecten al pulmón puede haber entre seis o siete tipos diferentes "que todos necesitan fármacos selectivos", de mamá cuatro o cinco, de páncreas tres... Para todos ellos, hasta que llegue su fármaco "se utiliza la quimioterapia y la radioterapia". Y no es "pesimista sino realista" para asegurar que hasta que se dejen de utilizar "cambiaremos de siglo".  Y también lanza el mensaje de que "no hay que perder la esperanza porque cada vez se van conociendo más". 

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