Batalla judicial por la herencia de una rebelde aristócrata española

  • Aristócrata rebelde, militante antifranquista, casada con una mujer mucho más joven antes de morir en 2008: la duquesa Luisa Isabel Álvarez de Toledo protagoniza un nuevo escándalo en España, debido a un juicio iniciado por sus hijos para reclamar su herencia.

"El juicio ha empezado hoy en el juzgado número uno de Sanlúcar de Barrameda", pequeña localidad a 50 km de Cádiz, en el sur de España, informó este miércoles a la AFP una portavoz judicial.

En la primera sesión, según la misma fuente, compareció Liliane Dahlmann, viuda de esta atípica aristócrata conocida popularmente como la "Duquesa Roja".

También, su hijo mayor, Leoncio Alonso González de Gregorio y Álvarez de Toledo, conde de Niebla, marqués de los Vélez, marqués de Villafranca del Bierzo y 22º duque de Medina Sidonia, una de las casas nobiliarias más antiguas de España.

Ambos nacieron en enero de 1956, eran amigos, y ahora se enfrentan en un proceso que debe prolongarse hasta finales de octubre en este pueblo de casas blancas y calles sembradas de palmeras a orillas del Atlántico.

Allí se encuentra el palacio de los Guzmanes, residencia histórica de la familia desde que en 1297 el rey Fernando IV lo concedió a Alonso Pérez de Guzmán, más conocido como Guzmán el Bueno, héroe de la defensa de Tarifa frente a los musulmanes en el siglo XIII.

Junto a sus estancias renacentistas, sus salones barrocos y sus exuberantes jardines, encierra uno de los archivos históricos privados más importantes del mundo: unos seis millones de documentos, el más antiguo de ellos de 1228.

El conjunto está estimado en 60 millones de euros, unos 67 millones de dólares, según la prensa, y protegido como Bien de Interés Cultural.

Luisa Isabel Álvarez de Toledo, 21ª duquesa de Medina Sidonia, legó la totalidad a una fundación, creada en 1991 y que preside Dahlmann, con quien se casó "in articulo mortis" horas antes de fallecer, con 71 años, en 2008. España había aprobado tres años antes el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Ahora sus tres hijos -Leoncio, Pilar y Gabriel- contestan esta donación por considerar que su madre se excedió.

"Los hijos de cualquier persona, a no ser que estén desheredados (...), tienen según nuestro Código Civil, derecho a dos tercios de los bienes del progenitor fallecido", afirmaba el duque en una entrevista el martes al Diario de Cádiz, criticando la decisión de su madre.

Mujer menuda y muy delgada, de elegante aspecto masculino, la aristócrata escondía tras su aparente fragilidad un carácter fuerte y determinado evidenciado ya desde su tumultuosa juventud.

Educada para ser una elegante amazona y bailar en los más aristocráticos salones, se casó en 1956 con un noble castellano con quien tuvo tres hijos. Pero cuando nació el menor se separaba de su cónyuje y daba un giro a su vida volcándose en la lucha contra la dictadura de Francisco Franco (1939-1975).

En 1967 participó en una manifestación en defensa de los agricultores andaluces y la prensa la apodó por primera vez "Duquesa Roja". Fue juzgada, condenada y pasó ocho meses en la cárcel.

Aquí "he aprendido lo que nunca me podría haber enseñado la calle. Es como un compendio de los problemas del país. Una síntesis que no puedes encontrar en otra parte, y que te permite llegar al fondo de las cosas, oculto en el mundo de fuera", le escribió desde la prisión a su hijo mayor.

Publicó escritos sobre las condiciones de vida en las cárceles españolas y eso le valió otra condena, ante lo cual partió al exilio en París, donde se unió a la oposición española y escribió varios libros.

Tras el fin de franquismo regresó a España. Aquí, durante la boda de su primogénito en 1983, conoció a Dahlmann, testigo de la novia. Y nació una enigmática relación que la enfrentó a sus hijos... hasta ahora.

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