Berezovski barajó el suicidio tras perder su batalla legal con Abramóvich

  • El oligarca ruso Boris Berezovski, hallado muerto en el Reino Unido en 2013, estaba "deprimido" y habló "abiertamente" de quitarse la vida tras perder una batalla legal multimillonaria con el dueño del club de fútbol inglés Chelsea, Roman Abramóvich, dijo hoy su guardaespaldas.

Londres, 26 mar.- El oligarca ruso Boris Berezovski, hallado muerto en el Reino Unido en 2013, estaba "deprimido" y habló "abiertamente" de quitarse la vida tras perder una batalla legal multimillonaria con el dueño del club de fútbol inglés Chelsea, Roman Abramóvich, dijo hoy su guardaespaldas.

Avi Navama, el hombre que durante más de seis años veló por la seguridad del magnate, prestó hoy declaración al inicio de una investigación forense de dos días, en el ayuntamiento de Windsor, sobre las circunstancias de la muerte de Berezovski, cuyo cadáver fue encontrado en el baño de su lujosa casa de Ascot, a las afueras de Londres, el 23 de marzo del pasado año.

En el Reino Unido se llevan a cabo investigaciones dirigidas por jueces forenses en los casos de muerte violenta o repentina.

Navama, que encontró el cuerpo sin vida de su jefe, afirmó que Berezovski tenía el ánimo "muy bajo" y se había convertido en un "hombre destrozado", tras perder en 2012 ante los tribunales británicos un litigio legal multimillonario que libraba con su compatriota Abramóvich.

Berezovski -muy crítico con el presidente ruso, Vladímir Putin, y que iba siempre con guardaespaldas- recurrió a la justicia al considerar que el dueño del Chelsea le intimidó para vender sus acciones en la petrolera rusa Sibneft por una "fracción" de su valor real.

Sin embargo, estas acusaciones fueron rechazadas por un tribunal superior de Londres.

Según explicó el guardaespaldas, quien aseguró que le vio la noche antes de los hechos, el oligarca le miró "con ojos cansados, como si no supiera qué hacer".

Esa misma tarde, tras recoger del colegio al hijo del magnate ruso, Gleb, Navama consideró "extraño" que su jefe le enviara un mensaje al teléfono móvil para darle las gracias.

El guardaespaldas precisó que llamó a una ambulancia sobre las 15.00 horas de ese 23 de marzo al no obtener respuesta del teléfono de Berezovski en todo el día y sospechar que podría haberse dañado en base a conversaciones previas.

"Pasaba más tiempo con él que con mi mujer y le consideraba parte de mi familia", aseguró Navama, a quien Berezovski una vez preguntó si "debería saltar o cortarse las venas", lo que le generó "una mala sensación de que podría suicidarse".

Según él, en una ocasión el magnate habló "franca y abiertamente" de suicidarse, al tiempo que blandía un cuchillo.

No obstante, este supuesto ha sido rechazado por la exesposa del oligarca Galina Besharova, quien hablaba con él cada día y quien destacó que Berezovski "no planeaba suicidarse".

La esposa del guardaespaldas, Zoe Watson, describió también hoy cambios en el comportamiento del oligarca, en un comunicado leído.

"El Berezovkski que yo conocía era dinámico, con una personalidad exuberante, que se convirtió en alguien retraído que era una sombra del que un día conocí", apuntó Watson, que describió al magnate como un "hombre muy hospitalario, muy generoso y amable".

La situación del magnate se agravó durante un viaje a Israel en el que Berezovski "estaba pálido y temblando, parecía destrozado", tomaba "antidepresivos muy fuertes" y sufría "ataques de pánico y palpitaciones cardíacas", recordó.

"Me dijo que estaba en negativo con 200 millones de libras (240 millones de euros) y que no era billonario, sino el hombre más pobre del mundo", apuntó Navama, quien declaró que no tiene motivo alguno para creer que alguien asesinó al oligarca.

Uno de los médicos que acudió en ayuda del magnate, John Pocock, afirmó que el cadáver presentaba un color "púrpura profundo", un tono diferente a la "palidez" habitual de los muertos, y que se hallaron elementos típicos de un intento de suicidio.

Matemático en la era soviética y amigo de la familia de Boris Yeltsin, el magnate inició su carrera empresarial con un concesionario de automóviles, pero, con la llegada de Putin al poder, huyó a varios países.

El oligarca, que tenía 67 años en el momento de su fallecimiento, se estableció en 2000 en el Reino Unido a raíz de sus problemas con la Rusia de Putin.

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