Bogotá mira a lecciones de 2011 para evitar nuevos desastres por lluvias

Madrid, 28 sep.- La ciudad de Bogotá, que en 2011 sufrió una gran inundación, se prepara para recibir la nueva temporada de lluvias con las lecciones aprendidas, pero aún tiene mucho que mejorar para hacer frente a los desastres naturales, afirmó hoy el concejal de la capital colombiana Jairo Cardozo.

Cardozo, del movimiento político Mira, se encuentra en Madrid para compartir la experiencia de su ciudad en el III Congreso Internacional de Gobierno, Administración y Políticas Públicas 2012.

El concejal destacó que en la prevención de inundaciones una buena comunicación y coordinación entre autoridades y ciudadanía son tan importantes como la realización de obras de contención y la asistencia a los afectados.

"Nos estamos preparando, pero pienso yo que no con la suficiencia con la que debiera hacerse. Aún siguen existiendo muchas falencias y estamos intentando que se vayan superando para que en lo posible no tengamos que vivir otra situación dramática, en la que más de 53.000 personas fueron afectadas", dijo Cardozo a Efe.

Cardozo señaló que un mejor cuidado de los recursos hídricos, el traslado de la población que vive de zonas de riesgo y una mejor coordinación y comunicación entre autoridades y la comunidad son las principales lecciones aprendidas de la gran inundación que sufrió la capital colombiana, y que espera evitar este año.

"Definitivamente, el tema de la comunicación por parte del estado hacia la ciudadanía falló en este episodio, esa es una experiencia que quedó. Es necesario que se tiendan puentes de comunicación en un momento de crisis y una articulación en cuanto a la entrega de las ayudas para evitar que se generen desmanes o mal aprovechamiento de los recursos de que dispone el estado para la asistencia", señaló.

Recordó que está en marcha un plan para trasladar a unas 16.000 familias que viven a orillas del río Bogotá, la zona más vulnerable a las inundaciones.

De 2010 a 2011, las lluvias en toda Colombia causaron más de 400 muertes, unos 4 millones de damnificados y cuantiosos daños en infraestructuras públicas, sobre todo carreteras.