Al jurar el cargo, Guillermo Mendoza, propuso que "hay que eliminar de la mesa el salero", como causante de males cardíacos, y anunció que pedirá a los restaurantes que informen a sus comensales la cantidad de sodio que hay en sus alimentos.
"Estamos lanzando un primer proyecto en que vamos a motivar a que todos los restaurantes tengan en la carta donde está el menú (..) cuánta sal, azúcar, se usa y cuánto colesterol le puede ocasionar" la ingesta de esos productos, indicó.
Según un pasado informe de la privada Fundación Interamericana del Corazón, cada boliviano consume 7 gramos de sal por día, por encima de los 5 gramos, como máximo, recomendados por la Organización Panamericana de la Salud.
La Sociedad Boliviana de Cardiología, la entidad que agrupa a los galenos especializados, informó recientemente que la hipertensión, causada principalmente por el excesivo consumo de sal, afecta a 1 de cada 3 bolivianos, de los 10 millones de habitantes que tiene el país.
Además, del total de las personas con la enfermedad, un 30% desconoce que la tiene, por falta de control médico, según esa organización.
La hipertensión es un factor importante en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y en accidentes potencialmente mortales como los infartos y los derrames cerebrales.
La medida viene a imitar similares determinaciones asumidas en otros países como Uruguay y México, como parte de políticas públicas de salud.
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