Carlos Sisí prolonga con la novela "Aeternum" la "moda" de los zombies

  • Jose Oliva.

Jose Oliva.

Barcelona, 6 dic.- Convertido en un fenómeno de la literatura fantástica española con la saga "Los caminantes", Carlos Sisí, que acaba de publicar la cuarta entrega, "Aeternum", ha explicado que "lejos de pasarse de moda, los lectores siguen queriendo zombies".

La saga, que se inició en 2009 con "Los caminantes", tenía que ser inicialmente una trilogía, completada con "Necrópolis" (2010) -las dos primeras ambientadas en una Málaga apocalíptica- y "Hades Nebula" (2011), que traslada la acción principal a la Alhambra granadina.

Sisí ha explicado en una entrevista a Efe que sucumbió al deseo de sus lectores, que le insistían en "hacer una spin-off con alguno de los personajes o continuar con la historia".

El autor lo vio claro el día en que "presentando un pequeño cómic que hice sólo había diez personas, y en la presentación de 'Aeternum' había cuatro horas de cola. Por tanto, no es Carlos Sisí, sino los zombies lo que les interesa".

Por esa razón, como dice en el prólogo de "Aeternum" (Minotauro), "esta cuarta entrega de la saga es un 'gracias' a los lectores", que le permiten hacer experimentos más personales, "como le sucedió a Spielberg con 'La lista de Schindler'".

"Me ha encantado continuar la saga y mover de nuevo a todos los personajes que dejé congelados en el tiempo, hace unos años", señala Sisí, quien a partir de ahora alternará novelas de otros subgéneros con la serie de "Los caminantes" y para 2015, anuncia, prepara ya "Alma", "una novela de fantasmas".

Justifica Sisí que dejara la saga en una trilogía, porque "tres títulos me parecían suficientes y pensé que el género de zombies se pasaría de moda, pero ahí siguen, y hoy en el mercado español se pueden encontrar cien títulos de zombies de autores nacionales y extranjeros".

Tras el éxito del subgénero de zombies está que "a la gente le atrae que todo se destruya y se vuelva a empezar de cero, y luego está ese zombi, un cuerpo sin alma, que alude a la falta de espiritualidad de nuestra sociedad, que nos permite evadirnos".

En este cuarto volumen de la saga, Sisí, madrileño de nacimiento, pero establecido en la localidad malagueña de Calahonda, sitúa la acción en Barcelona, donde "los 600 supervivientes de la pandemia zombi reconstruyen un nuevo modelo de sociedad, que no funciona, y además la vacuna Esperantum, que había hecho posible la creación del Nuevo Mundo, expira y los zombies vuelven a ser un problema".

No oculta Sisí que ese Nuevo Mundo pueda tener una lectura de la situación política que vive España actualmente, como cuando un personaje de la novela que contempla con lágrimas la destrucción espeta: "Tuvimos la oportunidad de hacerlo todo de nuevo y de hacerlo bien".

Para el autor, que comparte la creación literaria con la dirección de una empresa de internet, "la solución pasa por reinventarnos nosotros primero. Podemos puede ser una alternativa al panorama político actual, pero si seguimos teniendo pasión por destruirlo todo, por no pensar, no avanzaremos".

Percibe la psicosis que ha despertado la epidemia africana de ébola con escepticismo: "Cuando llegaron con los enfermos de ébola desde África y vi a los acompañantes con máscaras no reglamentarias no me lo acabé de creer, pienso que se quiere crear una especie de alerta para que todo el mundo piense en esto y no en los auténticos problemas, algo parecido a lo que sucedió con la gripe aviar".

Añade Sisí, un "conspiranoico" confeso, que algo parecido pasó en el atentado del 11-S: "Estoy seguro que el atentado de las Torres Gemelas si no fue premeditado, al menos se consintió", y aún va más allá cuando apunta el dato de que "poco antes del impacto, se desactivó el sistema de seguridad aéreo en Nueva York, y todos los que intervinieron en esa operación fueron luego ascendidos".

"Quizá busco elementos fantásticos en la realidad y de ella nutro mis novelas", repone Sisí.

Sobre la situación del género fantástico en España, Sisí piensa que "hay mucha gente escribiendo y hay muchos productos de calidad, que se venden por el boca a boca, porque normalmente el público va a lo seguro, como Dan Brown o Stephen King, pero al final "los lectores son los que ponen en su sitio a los autores".

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