Casi 90.000 personas piden a wert la gran cruz de alfonso x al profesor asesinado en barcelona


Un total de 88.344 firmas recogidas en la web Change.org respaldan una petición 'online' para que el Ministerio de Educación otorgue la Gran Cruz de Alfonso X al profesor asesinado por un alumno de 13 años en el instituto 'Joan Fuster' de Barcelona, Abel Martínez Oliva. También proponen que se le conceda la Orden del Mérito Civil, creada para premiar las virtudes cívicas de los funcionarios al servicio del Estado, o que la Generalitat de Cataluña ponga su nombre a un instituto.
Hace dos días, el Consejo Escolar del Estado decidió que estudiará pedir a Educación la concesión de esta medalla, aunque en el departamento que dirige Wert de momento no hay noticias al respecto.
El autor de esta iniciativa destaca que Martínez Oliva “murió por cumplir con su deber como profesor: proteger a sus alumnos y compañeros docentes”. “Sin embargo, creo que no se le está reconociendo lo suficiente”, prosiguió, ya que “merece un reconocimiento oficial por parte de las autoridades”.
Según esta petición, existen varios precedentes y opciones para ello, como que el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes le otorgue la medalla de la Gran Cruz de Alfonso X, que premia méritos en la docencia, la educación y la cultura.
También podría ser reconocido con la Orden del Mérito Civil, creada para premiar las virtudes cívicas de los funcionarios al servicio del Estado, como sucede cuando un miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad fallece en acto de servicio.
Asimismo, el departamento de Educación de la Generalitat de Cataluña podría considerar que un instituto público como el que le vio ejercer lleve el nombre de este profesor leridano a modo de homenaje.
La petición, que aspira alcanzar las 150.000 firmas, está dirigida al Ministerio de Educación, al de Asuntos Exteriores y a la Consejería de Educación catalana.
“Lo merece Abel, lo merece su familia y lo merecen sus compañeros, los maestros y profesores que cada día nos esforzamos en seguir nuestra vocación y ahora lloramos la pérdida de Abel”, concluye.

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