Castilla y León implanta un novedoso protocolo de traslados para mejorar la protección de víctimas

Valladolid.- Castilla y León cuenta desde hoy con un novedoso protocolo de comunicación a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de ingresos, salidas y traslados de víctimas de violencia machista de los diecinueve centros de acogida de la Comunidad, para mejorar su vigilancia y protección.

Esta comunicación, que ya funcionaba y que ahora se sistematiza y pone por escrito, ha sido posible merced al protocolo que han firmado hoy en Valladolid el delegado del Gobierno en Castilla y León, Miguel Alejo, y el consejero de Familia e Igualdad de Oportunidades, César Antón.

Se trata del primer documento de estas características que se pone en marcha en España, según ha detallado Alejo en rueda de prensa, y establece el procedimiento para que Policía Nacional y Guardia Civil puedan "seguir los pasos" de las mujeres que entran en la red de casas de asistencia a la mujer en la Comunidad, sus salidas y traslados, ha resumido Antón.

En 2009 fueron 341 las mujeres que pasaron por la red de asistencia a la Mujer de Castilla y León, que componen diecinueve centros, cuatro de emergencia en Burgos, Salamanca, Valladolid y Ponferrada (León), un piso tutelado y catorce casas de acogida: cuatro en León, dos en Salamanca, otras tantas en Valladolid, y una en cada una del resto de capitales de provincia.

Se comunicará a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado los movimientos de las mujeres que estén en esta red y que tengan una medida judicial de protección o hayan presentado denuncia, aunque de forma excepcional también se informará de otras mujeres ingresadas cuando existan problemas de seguridad inminentes.

La comunicación la efectuará el departamento de Familia e Igualdad de Oportunidades de cada provincia aunque también podrán hacerlo desde los citados centros en el caso de que la mujer no regrese, según ha referido el consejero.

Se trata de reforzar la coordinación entre los agentes implicados y garantizar una mejor asistencia integral a las mujeres víctima de violencia machista en Castilla y León, Comunidad en la que en lo que va de 2010 han fallecido cuatro mujeres, la última la pasada semana en un pueblo de Palencia; y 1.427 denuncias en el primer semestre del año.

El delegado del Gobierno en la Comunidad ha observado que no basta con que actúen los responsables en esta materia pensando que "para eso se les paga", sino que hace falta la cooperación ciudadana.

"En más de una ocasión", en algún sepelio de una mujer víctima de la violencia machista, Alejo ha podido escuchar como vecinos y familiares se reprochan que "se veía venir", que "sabían lo que iba a ocurrir".

"Es imprescindible que toda la sociedad se conciencie que hay que poner un stop" en el maltrato a las mujeres, ha observado el delegado del Gobierno en Castilla y León, quien ha argumentado que igual que en las carreteras, un "stop" de "nada vale si no se cumple", y no se puede "poner a un policía detrás de cada señal".

Además, Antón y Alejo han asistido a la inauguración de la jornada formativa celebrada hoy en la que han participado 42 policías nacionales de Valladolid, Segovia y Palencia, para que profundicen en el conocimiento de la violencia machista, sus manifestaciones, actuaciones y recursos.

Ambos han incidido en la importancia de la formación y reciclaje de los profesionales y han recordado que esta jornada sigue a las desarrolladas en 2009, dirigidas a la Guardia Civil, que sumaron 376 participantes.

Ante casos como el de la mujer de 42 años que falleció la pasada semana en Villoldo (Palencia) a manos de su ex marido y que tenía una orden de protección, el consejero ha insistido en que "hay que dar el mensaje de que existen recursos de protección", como la citada red de asistencia, aunque ha reconocido que "el reto es difícil y complicado".

Alejo ha insistido en que, más allá de leyes y medidas para dar respuesta inmediata, se trata de un problema de educación, que compete a todos, familia, educadores, medios de comunicación, para evitar que se dé "ese germen negativo" que lleva a pensar "que la mujer es de segunda categoría" o que "yo soy más fuerte y tengo derecho y propiedad".