Castilla y León premia la singularidad literaria del dramaturgo Alonso de Santos

Valladolid.- El dramaturgo y ensayista José Luis Alonso de Santos (Valladolid, 1942) ha sido galardonado hoy con el Premio Castilla y León de las Letras 2009, dotado con 18.500 euros, por la "singularidad literaria" que distingue la reflexión sobre la condición humana subyacente en toda su obra teatral.

Esa visión "traspasa los parámetros de tiempo y espacio" por parte de Alonso de Santos, un hombre de teatro que ha extendido su actividad "a todos los ámbitos de la dramaturgia, desde la dirección escénica a la actividad docente o el ensayo", según consta en el acta del fallo, alcanzado este mediodía en Valladolid.

La unanimidad ha presidido el fallo de un jurado que ha encabezado la escritora Elena Santiago y del que han formado parte, entre otros, el catedrático de Lengua César Hernández (Universidad de Valladolid) y el director de la Escuela Superior de Arte Dramático de Castilla y León, José Gabriel López Antuñano.

De Santos, licenciado en Ciencias de la Información y también en Filosofía y Letras, cursó estudios en el Teatro Estudio de Madrid y es catedrático de Escritura en la Escuela Superior de Arte Dramático, también en la capital de España.

Una veintena de piezas estrenadas y otras tantas publicadas jalonan la obra de este dramaturgo, director escénico, guionista, narrador y también ensayista, caracterizada por un mensaje de crítica social tratado desde la ironía y la amenidad, y dotada de una gran capacidad de comunicación.

El resultado ha sido el éxito de numerosas piezas, entre ellas "La estanquera de Vallecas" (1981), que años después llevó al cine Eloy de la Iglesia, y "Bajarse al moro" (1985), que Fernando Colomo trasladó a la gran pantalla.

Otras obras de José Luis Alonso de Santos, escritas con un estilo natural, fluido y fácilmente comprensible, son "Pares y Nines" (1990), "Trampa para pájaros" (1991), "La sombra del Tenorio" (1995), "Yonquis y Yanquis" (1997) y "Dígaselo con Valium" (2001).

Como narrador ha firmado "Paisaje desde mi bañera" (1992), "¡Una de piratas!" (2003) y "El romano" (2003), mientras que como ensayista rubricó junto a Fermín Cabal "Teatro español de los 80" (1985) y en solitario "La escritura dramática" (1998).

Su caso ha sido el de uno de los pocos autores españoles capaz de hacerse un hueco, desde la minoritaria escena independiente hasta el éxito comercial, sin haber traicionado por ello las claves de su escritura dramática, según fuentes del jurado.

Desde 1984, en que fue instituido, el Premio de las Letras ha recaído en José María Merino (2008), Gustavo Martín Garzo (2007), Raúl Guerra Garrido (2006), José Ángel González Sainz (2005), Luciano González Egido (2004), Josefina Aldecoa (2003), Elena Santiago (2002), Eugenio de Nora (2001), Luis Mateo Díez (2000), Antonio Pereira (1999), Antonio Colinas (1998), Gonzalo Santonja (1997), Francisco Rodríguez Adrados (1996) y Gonzalo Torrente Ballester (1995).

Poseen también esa distinción Victoriano Crémer (1994), Emilio Alarcos (1993), José María Valverde (1992), Carmen Martín Gaite (1991), Rosa Chacel (1990), Franisco Pino (1989), José Jiménez Lozano (1988), Julián Marías (1987), Claudio Rodríguez (1986), Antonio Gamoneda (1985) y Miguel Delibes (1984).