Celeste y Paloma, pareja con hijo, piden no cerrar los ojos a otras familias

  • Celeste Carrasco y Paloma Calle están casadas y como otros matrimonios quisieron tener un hijo, lo que lograron hace un año y medio, gracias a técnicas de reproducción asistida en una clínica privada, después de que su petición fuera denegada en la sanidad pública.

Teresa Díaz y Belén Escudero

Madrid, 23 jul.- Celeste Carrasco y Paloma Calle están casadas y como otros matrimonios quisieron tener un hijo, lo que lograron hace un año y medio, gracias a técnicas de reproducción asistida en una clínica privada, después de que su petición fuera denegada en la sanidad pública.

Por eso, hoy, en las puertas del Ministerio de Sanidad, han pedido que no se sigan cerrando los ojos a otras familias, y se lo han requerido especialmente a la ministra Ana Mato, que preside el Consejo Interterritorial de Salud.

El asunto más polémico de esta reunión entre Mato y los consejeros autonómicos es, precisamente, la reproducción asistida y los nuevos requisitos para acceder a estos tratamientos.

Celeste y Paloma han querido acercarse junto al colectivo LGTB (lesbianas, gais, transexuales y bisexuales), para dar testimonio de su realidad y pedir a los responsables políticos que la esterilidad no sea el único requisito válido para acceder a los tratamientos de fertilidad del sistema sanitario público.

De hecho, esta pareja se pregunta cómo puede demostrar si son fértiles o infértiles. "Tenemos relaciones sexuales durante más de doce meses y no nos hemos quedado embarazadas, ¡vaya!", ha ironizado Celeste.

"Hemos venido a las puertas de su Ministerio -refiriéndose a Ana Mato- para que nos mire y nos diga a la cara que somos merecedoras de menos protección, que tenemos menos derechos y que somos ciudadanas de segunda", ha comentado Paloma.

Pero este matrimonio ya ha conseguido uno de sus mayores logros: ser madres, después de un embarazo en el que participaron ambas, ya que una donó el óvulo a la otra, que fue la que gestó al bebé.

Su caso, según han explicado, fue denegado por la Comisión Nacional de Reproducción Asistida Humana, que alegó "la inexistencia de infertilidad", así como que la donación de óvulos ha de ser anónima, lo que no ocurría en su situación.

Por eso, ellas están convencidas de que estos tratamientos ya estaban siendo denegados en algunos casos "de manera soterrada" a las lesbianas.

Aunque creen que ahora, si se determinara la esterilidad como el único criterio para acceder a los tratamientos en la sanidad pública, se daría un "paso de gigante", ya que se legitimaría la discriminación.

Paloma cree que "es una tontería lo de la infertilidad a título individual" y que "hay que medirlo en la combinación de dos personas que da como resultado que son fértiles o no".

Pero, además, considera que también lo es en el caso de las mujeres que tienen como pareja a un hombre y no se quedan embarazadas.

Y es que "llevado al extremo", según Paloma, el Ministerio debería recomendar a esa mujer "que se busque otro hombre". "Se ahorrarían el 50 por ciento de los tratamientos", ha apostillado.

Para esta pareja, la medida tiene "un sesgo político que no se sostiene" y en la misma subyace "una ideología conservadora que se niega a asumir que en la sociedad española hay modelos de familia distintos al de hombre y mujer".

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