Científicos trabajan para alargar 30 años la vida de las prótesis

  • Científicos de la Universidad de Zaragoza desarrollan un proyecto de investigación para alargar la vida de las prótesis de cadera y rodilla y retrasar su desgaste, de tal forma que el paciente no tenga la obligación de cambiarla hasta que no hayan transcurrido treinta años.

Marta Salguero

Zaragoza 29 feb.- Científicos de la Universidad de Zaragoza desarrollan un proyecto de investigación para alargar la vida de las prótesis de cadera y rodilla y retrasar su desgaste, de tal forma que el paciente no tenga la obligación de cambiarla hasta que no hayan transcurrido treinta años.

Cada año se implantan en el mundo alrededor de dos millones de este tipo de prótesis, más de 70.000 en España, una cifra que se ha incrementado en los últimos años debido al aumento de la esperanza de vida.

Ante esta demanda, y las enormes perspectivas de mercado, el grupo de investigación de Biomateriales de la Universidad de Zaragoza, coordinado por José Antonio Puértolas, trabaja para alargar la resistencia de los materiales utilizados.

En declaraciones a Efe, Puértolas ha explicado que el politileno, que se utiliza en las prótesis de cadera y rodilla desde hace cincuenta años, sufre un desgaste a los 15 ó 20 años, que obliga a los pacientes a cambiarla, especialmente a aquellos más jóvenes.

Para evitarlo, el grupo de investigación multidisciplinar, formado por químicos, ingenieros y médicos, está trabajando en mejorar la resistencia por distintas vías, una de ellas añadiendo al politileno vitamina E, que es un antioxidante.

"A los politilenos de última generación se les da una radiación gamma para darles más resistencia, pero éstas producen efectos negativos, como puede ser la oxidación. Para que no pase se le pone vitamina E, y logramos un material de última generación", ha apuntado.

Con el mismo objetivo, están desarrollando además otra línea de trabajo a base de reforzar el politileno con nanotubos para mejorar las prestaciones mecánicas, de cara al futuro, ya que por ahora no está aprobada la utilización de este material.

Sin embargo, ha explicado, una vez que los organismos europeos comprueben la biocompatibilidad de los nanotubos y confirmen que no generan ningún problema, "ya estaríamos posicionados y seríamos los primeros en hacer la patente".

No se trata de una aplicación, que "vaya a salir en dos o tres años", ya que los procesos de los materiales son "muy largos", precisamente para evitar problemas como ha ocurrido recientemente con el caso de las prótesis mamarias.

Los materiales utilizados por las grandes empresas están regulados, y pasan controles estrictos, pero aun así a veces encuentras "sorpresas" como los ocurridos con los implantes mamarios, casos que también han existido en las de rodilla o cadera, ha asegurado.

Este mercado, copado por grandes multinacionales y alguna pequeña empresa, mueve "mucho dinero" -cada prótesis cuesta entre 1.000 y 2.000 euros-, y cada vez más debido al incremento de la demanda ante el aumento de la esperanza de vida.

"El número de pacientes con prótesis ha ido aumentado. Antes colocabas una prótesis a un paciente, y éste se moría con ella. Ahora, al vivir más años, tiene que renovarla", ha comentado.

Ante estas perspectivas, el grupo de investigación trabaja para mejorar el producto, y como consecuencia la calidad de vida de cada paciente, una tarea, en la que llevan trabajando más de siete años, y que a veces no resulta fácil.

"Hay que pensar que mejorar algo que funciona durante 15 años es muy complicado. Además, las simulaciones en el laboratorio no son del todo correctas, porque es muy difícil simular el comportamiento que va a tener en un medio biológico como tal", ha concluido. EFE

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