"Uno de los primeros quirófanos fue instalado en una cueva"

  • Aitor Zabalgogeazkoa, representante regional de Médicos sin Fronteras en Turquía y jefe de grupo de MSF en Siria entre 2012 y 2014 relata a lainformacion.com los momentos más duros vividos en la guerra.

    "Es difícil aceptar que hagas lo que hagas siempre habrá alguien que tendrá mala suerte cuando hay bombardeos con gran número de afectados, entre los cuales siempre hay muchos niños", declara Zabalgogeazkoa.

Lo más complicado fue mover un hospital tres veces seguidas
Lo más complicado fue mover un hospital tres veces seguidas
Marta Bardón

"Lo más complicado fue mover un hospital tres veces seguidas porque nos quedábamos en zonas donde había bombardeos de la zona industrial de Alepo y de las afueras a otro lugar". Así comienza a explicar Aitor Zabalgogeazkoa, representante regional de Médicos sin Fronteras en Turquía , una de las situaciones más complicadas a las que se enfrentó como jefe de grupo de MSF en Siria entre 2012 y 2014. 

Para decidir dónde operarán y curarán a los enfermos los miembros de MSF intentan, en primer lugar, que esté en una zona lo menos afectada posible por los enfrentamientos y que esté dentro de la hora de oro, “lo suficientemente cerca para ser eficaz y lo suficientemente lejos para ser eficiente”. Se conoce como la hora de oro el intervalo de tiempo comprendido entre el momento en que se produce el accidente hasta los sesenta minutos posteriores, en los cuales una atención sanitaria lo más rápida posible posibilita salvar gran número de vidas.Las cuevas sirven para esconder un quirófano

Uno de los primeros quirófanos y salas de emergencia fue instalado en una cueva. Ningún hospital de campaña está a la vista, están en edificios que no eran antes centros de salud. Se eligen sótanos o se intenta proteger el edificio de alguna manera.

Respecto a las cifras, "sí son un reflejo de los que pasa en Siria, sin embargo, sólo sabemos que son 100% seguras las cifras que nosotros damos porque son las que registramos nosotros en los hospitales que lleva MSF", declara Aitor. El número de víctimas mortales oscila entre 200.000 y 470.000. "Si extrapolas las cifras de Médicos sin Fronteras a todo el país es posible apreciar la enorme magnitud de la guerra. Todos nos hemos enfrentado a los bombardeos

Aitor relata la dificultad de gestionar las situaciones en las que los grupos armados llegan a los hospitales con heridos a pedir ayuda. “Son situaciones de mucha tensión y lo pasas mal”, declara el ex jefe de equipo de MSF en Siria. “Los grupos armados llegan con 4-5 heridos y gestionar eso no es fácil porque no queremos que entren con armas en los hospitales”. En dichas situaciones los miembros de Médicos in Fronteras sólo permiten la entrada de un acompañante por herido.“Te pasas el día mirando al cielo a ver cuando llega el siguiente”

A la hora de atender a un herido no existe ningún tipo de discriminación en función de si pertenece a un bando u otro. “Un herido tiene el derecho a ser tratado y los médicos tienen la obligación ética de tratarlo pero hay que gestionarlo y a vece es complicado”.“Lo más difícil en la práctica es lidiar con los casos de bajas masivas, cuando te llegan 30-40 heridos y tienes que hacer la selección en la entrada del hospital”

Asimismo, Aitor explica que también es difícil aceptar, cuando hay bombardeos que afectan a mucha gente, que hagas lo que hagas siempre habrá alguien que tendrá mala suerte. En esos casos suele haber muchas víctimas que son niños y eso es lo que más duele y rabia da.

Entre las situaciones más estresantes y complicadas, el entonces jefe de grupo de Médicos sin Fronteras en Siria destaca las retenciones de compañeros por parte de grupos armados en controles. En dichas ocasiones la tensión se prolonga mientras contactan a quienes creen responsables para que los suelten y consiguen solucionar el problema.

Respecto a las secuelas psicológicas, Aitor afirma no tienen muchas porque ellos no están allí todo el día, sino que operan a través de personal sirio al que visitan cada cierto tiempo. “No estamos allí todo el día, no estamos atrapados”. Además, los miembros de MSF cuentan con ayuda psicológica en caso de que les afecte un acontecimiento grave.El conflicto no terminará pronto

"Lo que hay que pensar es que en esta zona del planeta las guerras han durado en torno a 15 años, como Irak donde la guerra se prolonga durante 13 años", afirma el representante de MSF en Turquía.“No hay muchas razones para pensar que la guerra en Siria se va a acabar en cinco años porque sí”.

Es cierto que hay menos miedo y violencia a raíz del cese de hostilidad del 27 de febrero. Sin embargo, hasta entonces, afirma Aitor, la escala de violencia no ha dejado de aumentar.

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