¿Tiene quejas de su ciudad? Ya hay coros de lamentaciones para cantar las cuarenta a los alcaldes

  • El Coro de Quejas ha llegado ya a más de 140 ciudades de todo el mundo, también en Madrid. Los hay formados por 150 personas en Colonia o de una como en Canadá.

    En Milán de quejan de los atascos, en Tokio de la contaminación, en Copenhague se preguntan por qué los precios acaban en 95 si no existen monedas de 95.

¿Tiene quejas de su ciudad? Ya hay coros de lamentaciones para cantar las cuarenta a los alcaldes
¿Tiene quejas de su ciudad? Ya hay coros de lamentaciones para cantar las cuarenta a los alcaldes
M.T.
M.T.

“Complaints Choir” (coro de lamentaciones) de Tellervo Kalleinen y Oliver Kochta-Kalleinen surge de la idea de transformar la enorme energía que la gente pone en la queja en un proyecto positivo.

En 2006 abrieron el código del proyecto, invitando a cualquiera a organizar su propio coro en su ciudad. Desde entonces se han creado unos 140 coros alrededor del mundo de todo tipo, enormes como el de Colonia con 150 personas, o de una sola, como en Canadá; cortos de 5 minutos, o largos, de más de una hora. Se pueden compartir las quejas e indicar si se quiere formar parte del coro en el siguiente formulario.

Los integrantes del coro de quejas de Madrid se quejan de la contaminación y la suciedad en la capital, pero también de la falta de civismo. "Es un coro de ciudadanos de Madrid que se juntan para cantar quejas, quejas que tienen de su vida diaria", explica Óscar Bueno, codirector del Coro de Quejas de Madrid.

Son el coro de quejas madrileño. Ciudadanos que escribieron sus protestas, las convirtieron en canción y ahora han salido a la calle para que todos les escuchen. "Pensamos que hay una fuerza transformadora, una fuerza, una energía y se está diciendo algo, hay un descontento y ahí se pueden entender muchas cosas", asegura Itxaso Corral, la codirectora del Coro de Quejas de Madrid, a la Sexta.

El Coro de Quejas ha llegado ya a más de 140 ciudades de todo el mundo. En Milán aseguran que no, que su ciudad ni tiene río ni tiene un buen clima; en Tokio se quejan de un aire difícil de respirar y de que todos los solteros guapos están casados; en Copenhague se preguntan por qué los precios acaban en 95 si no existen monedas de 95 y en Holanda hay un chico que rapea contra madrugar para ir al cole. En Madrid se quejan  de la falta de carriles bici, de la falta de transporte público por la noche, de la suciedad.

La idea de un Coro de Quejas es sencilla. "Por un lado la idea de darle voz a las quejas y hacerlo cantando, que es una manera de que resuenen", afirma un miembro del Coro de Quejas, María Villot.

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