Críticas a Merkel tras su vuelco sobre los refugiados

  • La jefa del gobierno alemán Angela Merkel enfrentaba el lunes un conato de rebelión en su partido y una andanada de críticas por ordenar súbitamente reforzar las fronteras después de abrir las puertas del país a los refugiados.

"Terminó el cuento de hadas", resumía el diario Der Spiegel tras dos semanas en las que Alemania y su canciller, del partido conservador CDU, quisieron dar ejemplo al mundo acogiendo sin límite a los solicitantes de asilo.

Particularmente incómoda para la canciller ha sido la satisfacción del primer ministro húngaro, Viktor Orban -líder de la postura dura ante los inmigrantes y hasta ahora en abierto conflicto con Berlín- que fue el primero en saludar ese vuelco de 180 grados, aludiendo a la "necesaria" reimplantación de controles fronterizos.

En términos menos diplomáticos, Henri Guaino, que fue asesor del expresidente conservador francés Nicolas Sarkozy, ironizó el lunes sobre el hecho de que "Alemania restablezca estos controles cuando hace pocas semanas Merkel afirmaba que quería acoger a 800.000 refugiados".

"Además, lo ha hecho sin consultar a sus socios, sin consultar con sus vecinos, sin preocuparse por las consecuencias", agregó.

No es la primera vez que Angela Merkel, una dirigente ultra-pragmática y dispuesta a ajustar sus decisiones en función de la opinión pública, cambia de posición.

En 2011 tras la catástrofe de la central de Fukushima, en Japón, había cedido ante los ecologistas al decidir abandonar la energía nuclear, que hasta entonces defendía.

Pero sobre el tema de los refugiados "jamás la canciller había tenido que cambiar tan espectacularmente de política", constata el diario Süddeutsche Zeitung. Angela Merkel "debe reconocer que, como nunca antes, se equivocó en la evaluación política de la situación", agrega.

El portavoz de Merkel, Steffen Seibert, negó que se tratara de un cambio de posición, sino de una medida provisional para conocer mejor el perfil de los refugiados.

"Los controles provisionales en las fronteras no son lo mismo que cerrar las fronteras (...). Los refugiados continuarán viniendo a Alemania y esperamos que sea en el marco de un proceso más ordenado", aseguró.

La decisión de volver a implantar controles para frenar el flujo de decenas de miles de refugiados que llegan de los Balcanes, vía Hungría y Austria, ha sido tomada además en un contexto político interno que empezaba a ser amenazante para la canciller.

El ala más conservadora de su familia política, la CSU, la rama bávara del CDU, criticaba en los últimos días la política de apertura del gobierno frente a los refugiados.

"Se necesita ahora medidas eficaces para detener el flujo" de migrantes, ya que "se ha llegado" al límite, tronó este fin de semana su ministro de Transportes, Alexander Dobrindt, miembro de la CSU y directamente afectado, dado que la mayoría de los refugiados ingresa a Alemania por Baviera.

En el seno del CDU también hubo señales de disensiones. Uno de sus dirigentes, Jens Jahn, dijo que la política de apertura "alienta" a los refugiados "a emprender camino hacia Alemania".

Merkel también recibió este fin de semana críticas de los jefes de gobiernos regionales alemanes, por la política de apertura a los refugiados que congestionó de los centros de acogida.

La situación del fin de semana en Múnich supuso una señal de alerta para el gobierno, con la llegada de 20.000 solicitantes de asilo, algunos de los cuales tuvieron que dormir en la calle por falta de camas.

La opinión pública está desconcertada. ¿Qué quiere realmente Merkel con los refugiados?

A principios de julio dio la imagen de una canciller fría e inflexible, al explicar en un debate público a una sollozante adolescente palestina que Alemania no puede recibir a todos los refugiados del mundo.

Pero a principios de septiembre se hacía tomar fotos, sonriente, con un grupo de sirios en centro de acogida en Alemania, antes de volver este fin de semana a una política de firmeza.

"En estas condiciones se plantea necesariamente la pregunta de saber si la política alemana sobre los refugiados ha sido concebida con la voluntad de llegar a una objetivo claro", se interroga el diario conservador Die Welt.

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