Cuando Essena O'Neill descubrió la belleza más grande de la vida

    • El gesto de esta chica, gran estrella de las redes sociales, interpela a una sociedad que ha convertido la belleza en un yugo esclavizante.
    • Ganaba 1.300 euros por cada post, pero ahora acaba de hacer el negocio más rentable de su vida.

Primer plano de Essena Oneill, estrella de Instagram hasta que decidió cerrar su perfil en la red social
Primer plano de Essena Oneill, estrella de Instagram hasta que decidió cerrar su perfil en la red social

No me cabe duda de que esta chica es muy mona, como suelen decir mis hijas, pero tampoco sabría decir si me parece extraordinariamente guapa. A esto último respondería que no, aunque para gustos... colores. Quizá a mí me gusta otro tipo de mujer. Pero que cada uno juzgue viendo estas fotos.

Esta jovencita australiana se llama Essena O'Neil, y es una estrella de las redes sociales que yo no conocía. Tenía 712.000 seguidores en Instagram hasta que se hartó de su propia imagen. O lo que es lo mismo, de su propia mentira.Harta de ponerse trajes que no le gustaban.Harta de presionar a sus seres queridos, como su hermana pequeña, para conseguir la foto perfecta.Harta de repetir cientos de veces una foto para reducir su ya de por sí enjuta barriga, como pasó en esta imagen:

Harta de estar al extremo pendiente de los "me gusta" de sus seguidores.Harta de ser, en definitiva, una esclava del qué dirán.Harta de aparentar una felicidad que sólo existía en los píxeles de las pantallas.

La semana pasada, Essena pegó un puñetazo sobre la mesa. Cerró sus cuentas, eliminó 2.000 fotografías que había compartido "con ánimo de auto-promoción" y se sinceró con su público: "he sido una adicta de las redes sociales, de la aprobación de los demás, del estatus y de mi apariencia física". Lo contó todo en este vídeo subtitulado.

Essena se ha propuesto "cambiar las reglas del juego", y preocuparse de aspectos más espirituales que materiales.

Ha jugado fuerte. Le va a salir caro, porque ganaba un pastón por cada 'post' que publicaba: unos 1.300 euros. Eso es mucho, sobre todo teniendo en cuenta su corta edad.

(Te interesa leer: ¿Hija adolescente? Oblíguela a ver el vídeo de esta chica guapa)

No obstante, Essena acaba de hacer el mejor negocio de su vida. Diría más: ha escapado a tiempo de un torbellino del que cuesta cada vez más desembarazarse: el de la fama, el dinero y las apariencias engañosas. El mundo está lleno de ejemplos de famosos con vocación autodestructiva.La conciencia colectiva le aplaude

¿Son malas las redes sociales? En absoluto. Depende del uso que hagas de ellas. Un cuchillo es un instrumento maravilloso que nos sirve, entre otras cosas, para cortar deliciosas lonchas de jamón. En mi caso sirve sobre todo para rebanarme los dedos. Por esta razón yo me alejo de tan maravillosos instrumentos. Así de simple.

'Mutatis mutandi', todos tenemos bastante de la Essena frívola y muy poco de la Essena valiente. La difusión de su 'salida del armario' se explica también por esto. La conciencia colectiva aplaude su decisión. Todos sabemos que tenemos la posibilidad y la obligación de actuar como ella y ser más auténticos: de centrar nuestra vida y de dirigir nuestra atención hacia la belleza más grande de todas, que no es otra sino la Verdad (con mayúsculas).

No tengo nada en contra de la moda ni de la estética. "¡Vivan las mujeres guapas!", he repetido en más de una ocasión. Pero las mujeres guapas (o los hombres guapos) no tienen por qué ajustarse a determinados cánones que, a fuerza de repetirse, llegan a resultar esclavizantes.

¿Esclavizantes?

Incluso absurdos: ¿habéis medido alguna vez la cintura de ciertos maniquíes que llevan ropas de mujer adulta? Un solo vistazo basta para comprobar que algunas prendas no cabrían ni a la propia Essena, (que está hecha un fideíllo, por cierto, dicho sea sin ánimo de ofender).

Repito, ¡vivan las mujeres guapas! Pero guapas de verdad.

Sigue @martinalgarra

Mostrar comentarios