Cuando Shyam Balami era un adolescente, sus ancianos padres decidieron que necesitaban más ayuda en casa. Le dijeron que era hora de casarse. Miraron a su alrededor y se decidieron por una niña de un pueblo cercano a las afueras del Valle de Kathmandú, en Nepal.
Sanani era dos años menor que Shyam. Provenía de una familia grande, donde no había dinero suficiente para que todos fueran a la escuela. Los padres de Sanani la sacaron de del colegio a los 12 años y siguió trabajando en el campo y cuidando de sus hermanos menores. Esperaba poder regresar a la escuela algún día.
Pero eso nunca sucedió.
Cuando Shyam tenía alrededor de 16 y Sanani 14, sus padres decidieron casarles, poniendo fin a los sueños de la joven de tener una educación y provocando una espiral de pobreza sin final a la vista.
'Estaba muy interesada en la educación, pero tan pronto como mi matrimonio se llevó a cabo, ¿cómo podría compaginarlo con todo el trabajo que conlleva un hogar?' dice Sanani mientras se sienta en casa de sus suegros, una casa de adobe con un techo de metal corrugado y cabras atadas a los postes en el pueblo de Kagati, en las afueras Katmandú.
El matrimonio infantil es muy común en Nepal, que tiene una población de 30 millones de personas. La Encuesta Demográfica y de Salud de Nepal de 2006 señaló que el 60% de las mujeres de Nepal de la franja de edad de 20 a 49 años se casaron antes de cumplir los 18.
Esta práctica tiene un profundo impacto en las oportunidades educativas para los jóvenes del país. Una vez que las chicas como Sanani se casan, abandonan la escuela para comenzar a cuidar de la casa de sus suegros y engendrar niños.
Ellas tienen pocas oportunidades de volver a inscribirse, ya que no hay muchas escuelas en Nepal con este tipo de programas, según explica Karki Khem, director ejecutivo de SÓLIDO Nepal, una organización que trabaja en el campo de la salud sexual y reproductiva.
Poco después de casarse, la familia política de Sanani la presionó para tener un hijo.
'En cuanto te casas, tienes que tener hijos', le dice la suegra de Sanani, mientras se toma un descanso en su tarea de moler chiles en un mortero. 'Los niños son un regalo de Dios'
Suntali, otra de las niñas del poblado casada a los 13 años, también dice que era importante para su nuera demostrar que ella era fértil.
La joven madre ahora pasa sus días cuidando a sus dos hijos, cocinando y limpiando para la familia y trabajando en los campos.
'No hay ninguna posibilidad de ahorrar dinero', dice mientras su hija de dos años de edad, sentada en su regazo, comienza a toser.
El marido de Sanani, Shyam, se fue a Malasia para trabajar, pero se lesionó y ha sido enviado de regreso a Katmandú. Pasa sus días cojeando en un hospital y se pregunta qué va a pasar con su familia.
El matrimonio infantil y el embarazo precoz afectan a la salud general de las mujeres, a su productividad, a las oportunidades de empleo y a las perspectivas de salir de la pobreza, dice Karki.
'El matrimonio infantil cercena la vida de una mujer', explica.
Los grupos locales de derechos de la infancia, los donantes internacionales y el gobierno de Nepal están trabajando juntos para retrasar el matrimonio entre los jóvenes del país. Los grupos civiles como SOLID Nepal intentan concienciar e instruir a las comunidades rurales sobre los peligros del matrimonio infantil.
Se han conseguido algunos progresos. La proporción de mujeres que contrajeron matrimonio siendo menores de 15 años ha caído de un 25%, según las estadísticas del Gobierno.
Y sin embargo, el problema continúa.
'Lo que se necesita es que haya cada vez más niñas en la escuela y evitar las tasas de deserción', dice Anand Tamang, el director ejecutivo del Centro para la Investigación sobre Salud Ambiental y Actividades de la Población (CREHPA).
Esto permitirá a las niñas negociar con sus padres y decirles que no si las obligan a casarse pronto.
Tener sólidas oportunidades de empleo para las mujeres también ayuda a las familias a tomar la decisión correcta.
'La práctica ha sido muy difícil de cambiar porque el matrimonio es un problema social y hay muchos actores diferentes involucrados', comenta Karki.
Sostiene que para que haya un progreso real en retrasar la edad de matrimonio en Nepal, es necesario que haya coordinación entre los distintos sectores como la salud, la educación, la pobreza y la cultura.
'Nadie, ni siquiera el gobierno, está listo para coordinar una tarea tan amplia', asegura.
El conflicto armado de una década, llevado a cabo por los insurgentes maoístas, destruyó las estructuras locales de gobierno y puso fin a las elecciones locales.
Sin gobiernos locales fuertes, el país debe confiar en el gobierno central. Pero el éste se ha visto afectado por la inestabilidad política y por lo tanto está muy limitado sobre lo que puede hacer para promover el desarrollo, dicen los defensores de la salud, periodistas y académicos.
Pincha aquí para leer el caso de Suntalí, la primera parte de esta historia.
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