Cuatro millones de pakistaníes siguen sin casa seis meses después de las inundaciones


La Federación internacional de Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR) afirmó este viernes que más de cuatro millones de personas siguen en "situación desesperada, sin un refugio adecuado" seis meses después de las devastadoras inundaciones de Pakistán.
Medio año después de las inundaciones por fuertes lluvias monzónicas, grandes extensiones de tierra permanecen sumergidas bajo el agua en la provincia meridional de Sindh.
Además, hay una nueva oleada de desplazamientos a cargo de familias que han abandonado los campamentos y refugios provisionales para volver a su lugar de origen y encuentran sus viviendas destruidas o inhabitables.
"La crueldad de este desastre radica en que millones de personas tuvieron que abandonar sus hogares tras las inundaciones. Han afrontado condiciones miserables y vivido durante meses en tiendas de campaña o bajo lonas impermeables. Ahora vuelven a sus hogares prácticamente a la nada. Sus viviendas, campos y medios de subsistencia están arruinados", observó Gocha Guchashvili, coordinador de la operación de inundaciones de Pakistán de la FICR.
Las inundaciones destruyeron 1,7 millones de viviendas, causaron daños en unos 218,5 millones de kilómetros cuadrados de superficie cultivable y dejaron sin fuentes de alimentos o ingresos a comunidades enteras.
Según la FICR, más de 70.000 niños de las provincias afectadas están grave o moderadamente desnutridos y los pueblos del sur siguen rodeados de agua contaminada, lo que propicia la aparición de enfermedades, en tanto que las familias del norte afrontan ahora temperaturas bajo cero y numerosas carreteras permanecen bloqueadas o dañadas, de manera que la población no tiene otra opción que caminar muchos kilómetros en busca de ayuda.
Ante esta situación, la FICR ha proporcionado socorro de emergencia a más de dos millones de personas y ejecuta programas de recuperación para ayudar a la población que vuelve a sus hogares, con el reparto de semillas, herramientas de cultivo y material de refugio y la prestación de servicios de salud.
"El mundo ha dejado de prestar atención a este desastre, pero queda mucho por hacer hasta que las personas vuelvan a valerse por sí mismas. Una de las principales preocupaciones sigue siendo la seguridad alimentaria y en este contexto es vital el apoyo de la comunidad internacional. Sin su ayuda, los supervivientes de esta crisis se sumirán aún más en la pobreza", señaló Guchashvili.

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