Descubren "el lugar de la Mancha" del que Cervantes no quiso acordarse en El Quijote

    • Un equipo interdisciplinario de investigadores estableció 26 pueblos y hasta 24 variables distintas relacionadas con distancias y tiempos, durante una década, para analizar qué pueblo era.
    • Siguiendo este método, arribaron a la conclusión final, y la única posible, fue el pueblo de Villanueva de los Infantes, capital del Campo de Montiel, en Ciudad Real.
Fachada sur de la Iglesia de San Andrés y parte de la Plaza Mayor de Villanueva de los Infantes (Wikipedia).
Fachada sur de la Iglesia de San Andrés y parte de la Plaza Mayor de Villanueva de los Infantes (Wikipedia).

Han pasado cuatro siglos hasta develar el enigma... En las escuelas, en las bibliotecas y en cualquier rincón del planeta donde alguien rinda culto a una de las obras maestras de la literatura universal, a partir de este momento se podrá poner nombre y situar geográficamente en el mapa, con exactitud, "al lugar de la Mancha" que Cervantes no quiso recordar (ni mencionar) en su eternoEl Quijote.

Los catedráticos Francisco Parra Luna y Manuel Fernández Nieto, en compañía del profesor Francisco Aldecoa (todos de la Universidad Complutense de Madrid) han presentado su estudio "El Lugar de La Mancha: un irónico Cervantes a la luz de la crítica científica". Allí, detallado en un volumen que es el broche final a una trilogía de libros, afirman que el célebre lugar de la Mancha del arranque de El Quijote es Villanueva de los Infantes. Esta es unalocalidad de Ciudad Real, capital del Campo de Montiel, en la que viven 5.800 personas.

Con este trabajo queda absolutamente descartado que seaArgamasilla de Alba la localidad en cuestión, como se creía desde el siglo XVIII, cuando el cura postuló a la localidad como la morada del hidalgo caballero.

Manuel Fernández Nieto, del Departamento de Filología Española II, explicó que ya desde finales del siglo XVIII se preguntaron cuál sería ese lugar con el que comienza la novela cervantina. Según el profesor, en aquella época y por iniciativa de un cura de Argamasilla de Alba, se postuló que aquel pueblo era el hogar de Don Quijote, leyenda que se mantuvo hasta la época contemporánea.

Desde un punto de vista literario, Nieto reconoce que esa primera y enigmática frase podría no ser más que "el principio de una narración, como la de un cuento infantil, un principio indeterminado". También podría ser parte del juego literario, teniendo en cuenta que El Quijote es una parodia de los libros de caballería, "y en estos siempre se deja muy claro el escenario de la acción".Detalles que se corresponden con la realidad

Sin embargo, según Nieto, "en Cervantes nos sorprende que siempre da detalles que se corresponden con la realidad". Por ejemplo, la sociedad que se muestra en el libro e incluso la flora de la que se habla son reflejo exacto de lo que había en La Mancha en ese periodo histórico".

Apuntó el filólogo que los más de veinte investigadores involucrados en este trabajo durante más de diez años coinciden en que "los caminos y tiempos de Cervantes son reales y no simple ficción". Precisamente esos tiempos entre lugar y lugar fueron los que originaron el estudio.

Después de una lectura del libro pensada únicamente en localizar el lugar del origen de los viajes del protagonista, los científicos comenzaron el trabajo partiendo de la base de que el pueblo debía estar en el Campo de Montiel, "por el hecho de que Cervantes lo cita cinco veces como lugar por donde camina Don Quijote". Allí se establecieron 26 pueblos y hasta 24 variables distintas relacionadas con distancias y tiempos entre ellas según se presentan en el libro. Siguiendo este método, la solución final, y la única posible, fue Villanueva de los Infantes.

Por allí debió pasar Cervantes en su viaje hasta Cartagena, y quizás en ese pueblo oyó la leyenda de un asaltador de caminos similar a su Alonso Quijano. Los autores del trabajo postulan que puede incluso existir una explicación sociológica para elegir ese lugar que contaba con 200 escudos en las casas y que estaba sometido por una casta aristocrática y cinco conventos. Según Parra Luna, allí debía haber "una tensión sociocultural insoportable y eso propiciaría que surgiera un loco en busca de la justicia".

El sociólogo considera además que en el libro cervantino se presentan una serie de valores que van más allá de los modelos capitalista y comunista, y que defiende un modelo más cercano a lo espiritual y más alejado de lo materialista, como podrían ser "los países escandinavos actuales que han intentando un equilibrio entre factores como la riqueza, la libertad, la seguridad, la justicia distributiva, el prestigio personal…".

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