La crisis despierta más cuidado a ancianos a cargo de amigos y vecinos

La crisis despierta más cuidado a ancianos a cargo de amigos y vecinos
La crisis despierta más cuidado a ancianos a cargo de amigos y vecinos
EUROPA PRESS
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La crisis económica ha provocado que amigos y vecinos hayan protagonizado nuevas formas de cuidado a ancianos, en respuesta también a la falta de disponibilidad de los familiares por motivos laborales, a pesar de que la familia sigue siendo el pilar fundamental, según recoge un estudio de la Obra Social La Caixa sobre las nuevas inquietudes y expectativas del cuidado.

Las generaciones más jóvenes confían en el apoyo de la comunidad para cuidarlos cuando sean mayores en mayor medida que las personas de más edad, ha explicado a Europa Press la gerontóloga y directora de la investigación, Elena del Barrio.

Alrededor de 5.000 personas han respondido a una encuesta 'on line', que ha diferenciado entre población general y profesionales, y a través de sus respuestas sobre percepciones, deseos, preferencias y temores --y junto a otros estudios--, la fundación ha redactado la carta 'Cuidar como nos gustaría ser cuidados'.

Este texto propone que los temas relativos a los cuidados deben ser contemplados como una cuestión social, afrontada desde la solidaridad, a lo que la encuesta suma la tendencia general de apostar por la autonomía y el autocuidado.

"Las nuevas generaciones de mayores no quieren ser una carga para sus hijos", por lo que la familia pasa a dar acompañamiento y afecto, y ayuda más en gestiones que en tareas del hogar y cuidado personal, ha observado Del Barrio, que considera la incorporación de la mujer en el mercado laboral una clave para este cambio de contexto social y cultural.

'COHOUSING'

La gerontóloga ha destacado que empiezan a surgir alternativas residenciales de cuidado comunitario, y a pesar de que compartir la vivienda con amistades es de momento una opción residual --en la encuesta lo contempla el 2,9%, frente al 42,3% que quiere seguir en su hogar--, está positivamente valorada por las nuevas generaciones.

Se trata de opciones como el 'cohousing', en auge en otros países, con el que experimenta una "cooperativa de cuidados" en la localidad madrileña de Torremocha de Jarama, en la que un grupo de personas mayores --pero aún no ancianas-- convive en un edificio con espacios comunes pero con pisos individuales.

Estas opciones solucionan preocupaciones como la pérdida de autonomía que conllevan algunas residencias --con horarios y dietas marcados--, pero las limita la inversión inicial necesaria, ha explicado la socióloga, que trabaja en la Fundación Matia Instituto Gerontológico.

EL TABÚ DE LA VEJEZ

El envejecimiento y la dependencia son a menudo un "tema tabú", un aspecto en el que ha coincidido el médico de familia Ignacio Borque, que ha añadido que desde las consultas percibe que lo que más tensa a las personas es darse cuenta de que pierden capacidad.

Ha abogado por "individualizar mucho el cuidado y respetar la valía de las personas", para evitar que se viva la situación de forma dramática, sobre todo cuando se ingresa en residencias, y ha explicado que en las consultas ven también los problemas de cuidadores, que dependiendo del nivel socioeconómico pueden ser una persona contratada.

En casos de personas que afrontan mucha carga de trabajo, detectan a menudo patologías relacionadas con temas de ansiedad, bajo estado de ánimo e insomnio, que pueden juntarse con problemas musculares en personas no profesionales.

TESTIMONIO DE 67 AÑOS

Una mujer de 67 años que cuida a su marido y a un hijo, ambos en situación de dependencia --y que quiere permanecer en el anonimato--, ha atestiguado el cambio de tendencia de los últimos años: explica que de joven no pudo trabajar, aunque le hacía "mucha ilusión", porque tuvo que cuidar a familiares, pero ahora no cuenta con alguien que la cuide con esta intensidad, porque su otro hijo vive lejos.

Ha observado que cuidar es también un trabajo y, preguntada por sus expectativas, ha dicho que sí que le atrae un hogar compartido con amistades, pues cuenta a menudo con apoyo de los vecinos, pero no cree que a su marido le interese esa opción, y ha añadido que prefiere contratar a una persona que la ayude en casa, antes que optar por una residencia.

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