Diócesis de Managua prepara gran recibimiento a nuevo cardenal nicaragüense

  • La Archidiócesis de Managua anunció hoy que está preparando una bienvenida especial al arzobispo de la capital nicaragüense, Leopoldo José Brenes Solórzano, que el próximo sábado será investido cardenal por el papa Francisco.

Managua, 17 feb.- La Archidiócesis de Managua anunció hoy que está preparando una bienvenida especial al arzobispo de la capital nicaragüense, Leopoldo José Brenes Solórzano, que el próximo sábado será investido cardenal por el papa Francisco.

El recibimiento del prelado nicaragüense está planificado en horas de la noche del tres de marzo próximo, cuando está previsto su retorno desde Roma, ya vestido con su traje púrpura y su anillo cardenalicio, dijo a periodistas el vicario rector de la catedral de Managua, Héctor Treminio.

"Habrá una ceremonia protocolaria en el aeropuerto (de Managua) por miembros de las autoridades civiles y eclesiásticas, luego saldremos en caravana" por las principales avenidas de la capital nicaragüense, hasta concluir en la Catedral Metropolitana, señaló.

Las autoridades de la Arquidiócesis de Managua acordaron que el ingreso de Brenes a la Catedral sea por la puerta más amplia, para que su llegada pueda ser vista por miles de católicos, tal como ocurrió en 1985 con el cardenal emérito nicaragüense Miguel Obando Bravo.

La diócesis de Managua, que también incluye a las provincias de Carazo y Masaya, también tiene planificado un "Te Deum", o cantos de agradecimiento a Dios, hacia las 22.00 horas del lunes 3 de marzo (4.00 GMT del 4 de marzo), precisó Treminio.

Para el martes 4 de marzo, la Archidiócesis realizará una eucaristía en acción de gracias con la participación de Brenes y la presencia de los miembros de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, obispos eméritos y autoridades civiles invitadas.

El papa Francisco nombró al nuevo cardenal nicaragüense el pasado 12 de enero, junto con otros 18 clérigos.

Brenes, de origen humilde, es el segundo nicaragüense en ser investido como purpurado de la Iglesia católica, luego de que, en 1985, el papa Juan Pablo II, nombrara a Obando Bravo, quien por ser octogenario hoy es cardenal emérito.

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