Dos de cada tres personas que llaman al Teléfono de la Esperanza sólo quieren que "alguien les escuche"

Rosana se siente deprimida, sola, su situación económica es bastante difícil... Ronda los 50 años y ve imposible encontrar un nuevo trabajo. Para encontrar el apoyo y el ánimo que necesita sólo necesita levantar el auricular de un teléfono, al otro lado hoy está Daniela, que le escuchará y le dará los ánimos necesarios para seguir adelante.

"La primera demanda que realizan aquellos que llaman al Teléfono de la Esperanza es "ser escuchado". Porque, cuando una persona está sufriendo una crisis emocional, sólo con el hecho de desahogarse con alguien que le respeta y no le juzga, experimenta una gran liberación interior. Porque las penas, compartidas, 'pesan' menos", afirman desde la Asociación.

De hecho, muchos de los expertos de la salud mental sostienen que la carencia de una escucha profunda y de calidad en la infancia es el principal origen de muchos de los trastornos psicológicos y psiquiátricos que se manifiestan en la edad adulta.

"La escucha activa es, en sí misma, terapéutica. Escuchar de forma activa requiere prestar atención a nuestro interlocutor, entender el mensaje que nos está transmitiendo, captar los sentimientos que subyacen a lo que está diciendo y, por último, comprender lo que nuestro interlocutor nos demanda", sostienen.

Precisamente eso, escuchar, es lo que los voluntarios mejor saben hacer. Y es que, del total de llamadas que reciben en nuestro país un 65% se refieren a personas que necesitan que "alguien les escuche", muy por delante del 17% que pide orientación respecto a un problema o del 7% que solicita entrevista con un psicólogo o un abogado.

"Con la civilización de la prisa y el estrés, hay cada vez menos personas que sepan escuchar con atención y serenidad. Porque la escucha de calidad requiere de un tiempo. Un tiempo para el otro, para que se exprese con tranquilidad, para que verbalice aquello que realmente siente, sin presionarle para que cuente lo que sea rápidamente, ni aturdirle para que diga lo que queremos que diga. Y también es necesario darse un tiempo a uno mismo para comprender, en toda su dimensión, lo que la otra persona nos está tratando de comunicar", afirman.

La fecha de hoy además es especial porque el Teléfono de la Esperaza cumple 40 años en los que ha atendido más de cuatro millones de llamadas, 300.000 de ellas con temática suicida.