Dos peluqueros estrella cortan el pelo gratis en un pueblo chileno arrasado por el terremoto

  • En Curepto, todo es un gran vacío. Este pintoresco pueblo rural de Chile resultó arrasado por el terremoto de magnitud 8,8 del pasado febrero y casi todas sus tiendas están cerradas, incluidas las dos peluquerías de la ciudad. Por eso han entrado en acción dos peluqueros de renombre venidos desde Santiago ofreciendo cortes de pelo gratuitos a los ciudadanos de esta localidad. Andi trabaja en el cine con estrellas de la gran pantalla y Mauri, en un exclusivo salón de la capital.
La cifra de muertos por el terremoto en Chile asciende a 432
La cifra de muertos por el terremoto en Chile asciende a 432
Lezak Shallat | GlobalPost

(Curepto, Chile). Andi trabaja en el cine con estrellas de la gran pantalla y Mauri, en un exclusivo salón de la capital. Cuando no se dedican a cortar el pelo, Mauricio Esper y su voz de tenor cantan en diversos coros. El Viernes Santo, como parte del coro Belleza Vocale, viajó desde Santiago para participar en una misa que se realizaba a los pies de la iglesia de Curepto, ahora en ruinas.

El sábado, Mauri y su amigo Andi (que no utiliza su apellido profesionalmente) ofrecían cortes de pelo gratuitos en el salón Belleza Capillare, una improvisada peluquería que instalaron en un pasillo del instituto local. Un ala de la escuela se derrumbó con el terremoto, las escaleras quedaron suspendidas en el aire y aún caen trozos de pintura del techo cada vez que hay una réplica del terremoto.

Mauri y Andi llegaron con todas sus herramientas de trabajo, secadores, tijeras, cepillos, etc. No había revistas del corazón para los clientes, pero sí una radio, prestada por la conserje de la escuela, que dice que perdió "la casa más bonita de Curepto". Se le cayó una pared encima y fue rescatada por su tío. Resultó herida y su familia ahora vive en dos casas prefabricadas.

A medida que crece la fila de espera, la cantante Francia Gómez apunta los números de teléfono para que la gente no tenga que esperar todo el día. "Ni siquiera en Santiago las peluquerías ofrecen este tipo de servicio", destaca. Hombres y mujeres de todas las edades y familias enteras llegan en busca de un corte de pelo gratis.

La silla de la peluquería tiene algo especial que invita a la conversación y a compartir historias. "La gente de Curepto es muy reservada", dice Elizabeth Morales, ama de casa. "Pero un corte de pelo te relaja y te distrae un poco de tus problemas".

Elizabeth es la madre de Yanara y Matías, que juegan por allí cerca. Desde el terremoto, no los deja solos en casa. Pero tampoco van a la escuela porque los tres centros educativos de la localidad están cerrados, incluyendo uno nuevo que ni siquiera ha llegado a abrir.

A Elizabeth le encantan las transformaciones. Una vez se tiñó el pelo de rojo. Ahora es morena y tiene un corte asimétrico. "Me miro en el espejo y veo a alguien diferente, nuevo. Y me digo: he aquí una persona que puede salir adelante".

Inia Valdés, que lleva 33 años viviendo en Australia, estaba visitando la casa de su infancia cuando sucedió el terremoto. Volverá a Australia con un puñado de trozos de madera y una caja de melocotones. Es todo lo que quedó.

Danubio Berlín Correa, profesor del pueblo y conocedor de la historia de la zona, espera a su mujer. Tendrá que actualizar el libro que escribió sobre leyendas y tradiciones de Curepto para incluir la historia de su reconstrucción, una "historia aún no contada".

Iris Correa, hermana del fundador del instituto de Curepto, quedó viuda hace dos años y no quiere que el terremoto la obligue a regresar a Santiago para vivir con sus hijos, ya grandes. Pero no puede olvidar la voz de su vecino, el cura de la parroquia, gritando: "Mamita, ¿está allí?, Mamita, ¿está viva?". Explica que el cura perdió a su madre en el terremoto.

Los estilistas trabajan con rapidez. Atienden a una mujer con discapacidad mentale que nunca ha ido a la peluquería, a varias hermanas, a una mujer que solloza y a tres miembros de una misma familia. Más de 60 personas esperan y cada una sale renovada, transformada. "Cuando los hombres comienzan a hablar, no paran nunca más", comenta Francia. "Las mujeres salen sintiéndose mimadas y cuentan sus proyectos e ideas".

Después de cerrar la peluquería, los estilistas se presentan en un baile benéfico, organizado por los residentes de la calle Abate Molina, donde sólo ha quedado una casa en pie. Un grupo musical local canta rancheras y la cerveza fluye por todos lados. Un hombre borracho, con lágrimas en los ojos, habla con un concejal de la ciudad al que le pide un lugar para vivir con su familia.

En medio de la noche, tres fuertes réplicas desperezan a los borrachos y asustan a quienes duermen.

Llega el domingo. Por la mañana, la gente del pueblo se reúne en la plaza para rezar por la resurrección y la reconstrucción. Sin embargo, para algunos, como Elizabeth Morales, se ha producido un pequeño milagro. La Semana Santa le ha traído "un nuevo corte de pelo y un nuevo aliciente en su vida".

La redactora de este reportaje, Lezak Shallat, periodista freelance, cantó con el coro Bellezza Vocale en Curepto.

Mostrar comentarios