El 15M, ante su segunda cita con las urnas


Luis Sanz, EFE

Seis meses después de su nacimiento en la Puerta del Sol de Madrid, el movimiento 15M está de nuevo a las vísperas de unas elecciones, activo, pero con menos presencia en la calle, y habiendo impregnado con alguna de sus propuestas los programas de las fuerzas políticas.

Es una incógnita cómo puede afectar todo el debate en torno a este movimiento a los resultados electorales -poco, si hacemos caso de la encuesta del CIS tras los comicios autonómicos y municipales- pero lo cierto es que muchas de las cuestiones de las que se ha hablado en las plazas de las ciudades españolas estos meses se han incorporado al debate político.

Ha pasado medio año y la presencia de los 'indignados' en las calles y en los medios de comunicación es mucho más reducida que en los días previos a las elecciones del 22 de mayo, pero siguen muy activos en Internet, su medio natural en el que se desenvuelven como pez en el agua.

La manifestación que convocaron el domingo en Madrid bajo el lema "Cambio de modelo ya"no fue comparable con las grandes manifestaciones que ha promovido este movimiento -el 19 de junio, el 24 de julio y el 15 de octubre- y que tuvieron un carácter multitudinario, fueron ejemplo de civismo y captaron la atención y el interés internacional.

La referencia más fiable del efecto electoral del 15M puede ser el estudio postelectoral del CIS tras las autonómicas y municipales, en el que el 71,3 % contestó "nada" a la pregunta de hasta qué punto habían influido las movilizaciones a la hora de decidir su voto.

Los expertos no creen en la influencia directa en las urnas

Dos expresidentes del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) coinciden, en declaraciones a Efe, en que la influencia del 15M en el comportamiento de los votantes es prácticamente nula.

Ricardo Montoro, catedrático de Sociología de la Universidad Autónoma de Madrid, considera que el efecto del 15M en las urnas es "absolutamente marginal" y cree que lo demuestra el hecho de que, aunque en los días previos a las elecciones de mayo el movimiento estaba en lo más álgido, acudieron a votar 22 millones de personas.

"La gente apoya el sistema, va a votar y se acabó", señala Montoro, quien, no obstante, reconoce un efecto emocional en el movimiento, directamente relacionado con la situación económica y el paro.

Descarta el expresidente del CIS cualquier relación con Egipto y la denominada "primavera árabe" y recuerda que precisamente las protestas en esos países del sur del mediterráneo buscaban "un sistema como el que tenemos nosotros".

Para Fernando Vallespín, catedrático de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Madrid, el 15M tiene muy poco efecto electoral práctico y aventura que si acudieran a las urnas con su propia papeleta muy probablemente quedaría como un partido extraparlamentario.

No obstante, Vallespín sí aprecia un impacto en el sentido de que dota de legitimidad a un sector de la izquierda desencantada con el PSOE "para quedarse en casa, o para votar nulo; para votar en blanco", algo que, en su opinión, sí tiene un sentido negativo para los socialistas.

"No se creen el paquete del discurso del 15M pero sí se creen un poco la música", explica el expresidente del CIS, quien cree que esas personas, que normalmente en el último momento acaban por votar al PSOE, pueden encontrar ahora una excusa para quedarse en casa o para votar otras opciones.

La mayoría cree que los indignados tienen razón

Lo cierto es que, salvo las descalificaciones de un determinado sector del Partido Popular, especialmente del PP de Madrid, el movimiento del 15M despierta simpatías en la mayoría de los españoles, que responden en las encuestas que los "indignados" tienen razón.

Y es que, precisamente por su carácter general, no es difícil identificarse con buena parte de sus quejas y reivindicaciones.

"¿Quién no es partidario de una participación más directa de los ciudadanos en la política?, ¿De limitar los privilegios de los políticos?, ¿De garantizar el acceso a la vivienda y a un puesto de trabajo?, ¿Quién puede simpatizar con "los mercados"?, ¿Quién no ha hecho alguna vez al banco responsable de todos sus males?..."

Todas estas reivindicaciones están presentes, al menos en espíritu, en los programas electorales de alguno de los principales partidos.

Por ejemplo, la dación en pago, que consiste en que la entrega de la vivienda al banco sirva para saldar una hipoteca.

Esa propuesta figura con más o menos matices en los programas de las principales fuerzas políticas y hasta la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que ha dejado claro en sus declaraciones públicas que no simpatiza precisamente con el 15M, llegó a hablar de impulsarla en Madrid aunque su Gobierno carece de competencias para ello.

Los políticos de todo signo también han asumido la austeridad en sus filas y admiten sin ambages que sobran cargos y coches oficiales.

¿Qué partido es el más "perroflauta"?

La formación que se ha identificado más claramente con el 15M desde el principio del movimiento ha sido Izquierda Unida, que ha llegado a invitar a miembros de este colectivo a participar en las reuniones en las que aprobó su programa electoral.

Aunque este movimiento sin líderes y sin programa ha rechazado siempre la compañía de todos los partidos, sus proclamas y gran parte de su simbología hacen que no sea difícil identificarles con la izquierda.

IU ha sido la fuerza política que ha conseguido ir acercándose más a fuerza de asumir gran parte de los postulados 'indignados'.

Además, si hay algo que identifique al 15M es la crítica al bipartidismo PSOE-PP y a la ley electoral que lo consagra en España y que perjudica a terceras opciones políticas, asunto que figura en la cabecera de las reclamaciones de IU desde hace años.

Esa "guerra al bipartidismo" se plasma en que, recientemente, ha tenido gran repercusión en Internet una trabajada página elaborada por miembros afines a los 'indignados' -no la comparten todos- en la que se estudia circunscripción por circunscripción cuál es el voto que más puede perjudicar a los dos grandes partidos.

Y es que otra de las cosas que ha llamado la atención desde el principio del movimiento ha sido su organización y su afán didáctico que, en el plano electoral, se ha traducido en verdaderos manuales sobre las diferencias entre el voto en blanco, el nulo y la abstención.

Está por ver qué queda del "voto perroflauta" ante la oleada del PP que pronostican las encuestas.

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