Según explica Manuel J. de la Torre Gutiérrez, la inmensa mayoría de las patologías se pueden solucionar de un modo sencillo si el paciente sigue el protocolo más indicado como, por ejemplo, acudir al médico de cabecera con prontitud, realizar las pruebas necesarias para obtener un diagnóstico correcto o practicar hábitos de vida saludables capaces de prevenir dolencias futuras.
Sin embargo, existen otras ocasiones en los que la única solución es el quirófano. En este sentido, De la Torre acaba de presentar en Miami, ante más de 8.000 neurocirujanos de todo el mundo, los resultados obtenidos por el equipo más avanzado que existe con el que el cirujano puede ver la anatomía del paciente en todo momento, comprobar el estado de la cirugía y verificar los cambios quirúrgicos con una imagen volumétrica en tres dimensiones antes de que éste salga del quirófano.
En concreto, en una muestra de pacientes a los que se implantaron 320 tornillos, la trayectoria fue perfecta en un 99,7 % de los casos y el resto pudo ser rectificado antes de salir del quirófano. Además, el tiempo de intervención disminuyó hasta un intervalo entre 50 y un máximo de 180 minutos, y el tiempo de estancia hospitalaria para casos complejos no excedió de una media de 5,9 días por paciente, situando la media del conjunto de intervenciones en un ingreso medio de 3,7 días.
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